La Bomba a Palanca "Fundadora" 1838

En un artículo anterior hemos visto que en Chile la actividad se inicia en 1718, cuando gobernaba el Reino de Chile el Presidente de la Real Audiencia don Juan Andrés de Uztariz de Vertiz Verea, quien compró los primeros implementos para atacar el fuego (baldes de cuero, escalas, hachas y azadones). Ello permitió equipar a bomberos llamados “Aguateros”, “Escalerinos”, “Hacheros” y “Azadoneros”, según su especialidad.
Durante la Independencia (1812) don José Miguel Carrera y Verdugo, Presidente de la Junta de Gobierno, plantea al Cabildo de Santiago la urgencia de formar una organización bomberil adecuada.
En 1824 se hicieron gestiones en Santiago para organizar una Brigada de Ataque y Extinción de Incendios. Se adquirieron bombines a palanca, para el Cuartel de Artillería, el Teatro de la República y a la Brigada de Zapadores Bomberos Municipales. Sin embargo todas fracasaron por la falta de interés y motivación de sus integrantes....
En los primeros años de la República (1827), un gran incendio impulsa a un grupo de ciudadanos, encabezados por Benjamín Macquera, Diego Barros y Francisco Javier Urmeneta, a organizar una compañía de bomberos. Paralelamente el Presidente Ramón Freire Serrano equipa un grupo bomberil formado por los Guardias Municipales conocidos como “Serenos” o “Vigilantes”. Sin embargo ambas iniciativas tampoco tuvieron el éxito esperado.
Al inicio de 1838, a raíz de un pavoroso incendio que destruyó completamente el Teatro de la República, de la calle Puente, la Municipalidad de Santiago dictó un Reglamento para la organización de una “Brigada” o “Cuerpo Cívico de Bomberos” rentados, formado por una Compañía que se dividía en “Escuadras”, utilizando un gorro piramidal ponceau. La autoridad destinó dos recintos de la Cárcel para ser usados como cuartel de la Compañía y con fondos municipales se entregó un aporte de $ 10.- pesos anuales y de adquirió mangueras, hachas, escaleras, picos, barretes, baldes de cuero y una “Bomba a Palanca” traída desde Norteamérica, más tarde bautizada como “Fundadora”. La noche del 31 de mayo de 1841, aparecieron las llamas en la sacristía del Templo de la “Compañía de Jesús” de Santiago, propagándose rápidamente a la techumbre de la iglesia, la cual se derrumbó estrepitosamente en una hora; quedó en evidencia la mala preparación y falta de interés de los integrantes de esa Brigada, culminando en un comentado fracaso y un clamor generalizado por parte de la población.
En 1846 el Reglamento Municipal aumentó a dos Compañías el personal de la “Brigada de Bomberos”.
El 20 de marzo de 1848 se produjo un gran incendio en plena Plaza de Armas, en el Portal Sierra Bella esquina calle Ahumada. El fuego puso en peligro el Palacio Arzobispal y la iglesia de la Catedral, por ello el Gobierno reorganizó el servicio, creando un Batallón de 6 Compañías con organización militar y conocimiento de carpintería, albañilería, y herrería, tomando el nombre de “Batallón de Zapadores Bomberos Nº 6”, y conocidos como el “Batallón de la Bomba”.
En 1857 fracasa un nuevo intento de crear un servicio bomberil voluntario, Existe como testimonio una carta del 6 de febrero, escrita desde Valparaíso por el ciudadano peruano, Edmundo W. Sartori (bombero fundador de la 1ª y 3ª Cías. de Valparaíso), dando a don Baldomero Risopatrón, comerciante santiaguino datos sobre la organización bomberil de Valparaíso. El señor Risopatrón hizo varios viajes a Valparaíso para contactarse con los directivos porteños, pero no se concretó el proyecto.
Al mismo tiempo el 10 de abril de 1857 un grupo de alemanes en Santiago encabezados por Carlos Reichhardt, Tulio E. Hempel y Federico Hettioh hicieron un intento por organizarse, redactando los estatutos y solicitando a la autoridad y a sus compatriotas, apoyo económico para la adquisición de bombas y de elementos indispensables; pero tampoco encontró la acogida necesaria.
El 13 de diciembre de 1859 el Ingeniero, don Jorge Lyon Santa María, informa a Francisco Bascuñán Guerrero, Intendente de Santiago, sobre el precio de 3 bombas y otros accesorios de fabricación francesa. No se conoce respuesta al respecto, hasta el gran incendio de la Iglesia de la Compañía de Jesús el 8 de diciembre de 1863, que motivó la fundación del Cuerpo de Bomberos de Santiago el 20 de diciembre del mismo año.

Al parecer, la primera Bomba a Palanca con que contó la naciente Institución bomberil de Santiago en 1863, fue entregada por la Municipalidad de la Capital y corresponde a la adquirida en 1838 para la “Brigada de Incendio” o “Cuerpo Cívico de Bomberos”. Esta Bomba a Palanca tuvo su bautismo de fuego en la nueva organización bomberil al anochecer del día 7 de junio de 1864 a las 9 de la noche, bajo una lluvia torrencial en el incendio de un almacén de la calle Ahumada. El siniestro se propagó rápidamente al claustro del convento de las Monjas Agustinas, siendo controlado por los jóvenes voluntarios luego de dos horas de agotador trabajo.
Luego de una historia de heroicas jornadas a favor de la ciudadanía y de siete años de valiosos servicios, la primera bomba a palancas con que contó el Cuerpo de Bomberos de Santiago fue enajenada en $ 800.- pesos oro, incluyendo algunos implementos adicionales al naciente Cuerpo de Bomberos de Talca ubicado al Sur de la Capital, en lo que es hoy la Séptima Región del Maule.
En Talca fue entregada a la 1ª Compañía a principio de 1871 y bautizada como “Fundadora” por ser la primera bomba con que contaba el Cuerpo de Bomberos de Talca, fundado el 1º de octubre de 1870. Hoy se conserva como la más preciada reliquia de la Institución y testimonio histórico de los 136 años de servicio bomberil voluntario. Su presencia según lo señala el historiador y bombero talquino don Julio Cárdenas Hall es de incalculable valor espiritual, y se guarda en el Museo Bomberil “Benito Riquelme” de la ciudad de Talca, Capital de la Región del Maule.

Como antecedente complementario se debe señalar que en 1884, en virtud a la reestructuración del Cuerpo de Bomberos de Talca, el Directorio dispone la entrega de de la Bomba a Palanca “Manuel Rodríguez”, conocida en Talca como la “Bomba Peruana”, pues fue traiga a Chile desde el Perú en 1881 por el Coronel José Francisco Gana Castro, Comandante de la 1º Brigada de la 2º División del ejército en operaciones durante la Guerra del Pacífico. En 1896 con motivo de la fundación del Cuerpo de Bomberos de Linares fue enajenada a su 1ª Cía. Por su parte la bomba “Fundadora” fue asignada también a esa Compañía. Valparaíso 1851. (hrm/cca)