jueves, 4 de octubre de 2007

90 Años de la Guardia Nocturna "Fernando Waymann" de la 2ª Cía "Esmeralda" del Cuerpo de Bomberos de Santiago



El domingo 30 de septiembre de 1917, cuando Europa vivía los aciagos días de la Primera Guerra Mundial, en Chile al otro lado del mundo, nacía la Guardia Nocturna “Fernando Waymann” de la Segunda Compañía “Esmeralda” del Cuerpo de Bomberos de Santiago, la misma que está celebrando hoy sus 90 años de gloriosa existencia. Fue creada, producto de la constante preocupación de la Comandancia por entregar un mejor servicio a la comunidad de Santiago de Chile, junto a la incorporación de la primera Bomba Automóvil marca Seagrave & Co. a la 2ª Cía. “Esmeralda”. Este hecho marca un hito de relevancia y gran adelanto para la época, prestando valiosos servicios desde el día de la creación de la Guardia Nocturna, hasta el 15 de agosto de 1923. Bautizada con el nombre del ilustre y entusiasta Segundino, quien fuera Capitán y, más tarde, 2º Comandante de la Institución, don Tulio Ovalle (Gutiérrez)...
El libro de Actas de Sesiones de Compañía señala al respecto:

“Sesión Extraordinaria en 26 de Septiembre de 1917.-

Gastos.
El señor Director Accidental, (Capitán don Ángel Custodio de los Dolores Ceppi Argenti), manifiesta que el 30 del presente tendrá lugar la entrega de la Bomba “Tulio Ovalle” al Directorio i que con motivo de quedar en servicio deberá haber en el cuartel una Guardia Nocturna permanente, por lo que se hace necesario la compra de catres, colchones, etc., i propone que se haga el gasto correspondiente autorizándose la inversión hasta la suma de seiscientos cincuenta pesos ($650.-) con este objeto”.

La incorporación del material automóvil a la Segunda Compañía permitió una mayor rapidez para llegar a los incendios. Ello originó la creación de un servicio de guardia permanente durante toda la noche, sujeta a una rigurosa disciplina y una sólida preparación de sus integrantes, permitiendo contar con una ayuda eficaz que complementó el magnífico trabajo diurno que ya realizaban desde su fundación. Sus integrantes mostraban un gran espíritu, sacrificando su descanso hogareño y familiar, pernoctando en el viejo cuartel de Avenida Recoleta Nº 7.
Sus dependencias, han sido desde siempre el crisol donde se funde la amistad, el compañerismo y el servicio, en ella sus bomberos aprenden a fortificar los ideales de bien público que han permitido mantener esta Guardia Nocturna por 90 años, transmitiendo de generación en generación la lección suprema de grandeza humana que, desde la inmortalidad, sigue esculpiendo en el espíritu de cada uno de sus integrantes, los ejemplos de aquellos excelsos nombres de Domingo Galdames Robles (1914 - 1952); Hugo Iribarren Charlín (1915 - 1959) y Rolando Herrera Prieto (1915 - 1971) fundadores de esta verdadera escuela de civismo y abnegación.

Los bomberos que se incorporan a la Guardia Nocturna adquieren el compromiso solemne, dictado por sus propias convicciones y puestos bajo la salvaguardia del honor, reflejando en su accionar la grandeza de sus almas y la sublimidad de la misión del bombero, magníficamente representada por cada uno de los integrantes de esta legión de jóvenes voluntarios, pues cada Guardián es un legítimo heredero y continuador de este apostolado de solidaridad social que le lleva a consagrar sus horas de merecido descanso y sus mejores energías en permanente vigilia, para socorrer a quien demande sus servicios, imprimiendo en sus actuaciones una impronta única y un espíritu helénico de gran devoción y sentimiento.

La “Esmeralda” en pleno, y particularmente sus Guardianes, reciben en este nonagésimo aniversario las sombras gloriosas de todos los “Guardianes de Antaño”, que vienen a asociarse a la celebración y homenaje que se rinde a quienes mantienen vivo el fuego del recuerdo y encendida la emoción del presente, fijando sus miradas en el mañana, para que sobre esa herencia inmortal dejada por todos quienes un día formaron en su rol nocturno, pernoctando en la Compañía; edifiquen y consoliden la estructura magna de sus filas futuras.

La Guardia Nocturna “Fernando Waymann”, lleva este nombre desde que fue acordado en Sesión de Compañía, el 12 de octubre de 1917, a proposición del voluntario señor Caro, propuesta que fue aceptada por aclamación, y en medio de hurras de todos los asistentes, en perpetuo homenaje a su distinguido voluntario, quien además compuso la marcha "Los Segundinos", con motivo de la fiesta celebrada en el cuartel por la entrega de la bomba automovil "Tulio Ovalle". Fernando Waymann Riveros ingresó a la “Esmeralda”, en Sesión de Compañía del lunes 15 de julio de 1901. Fue presidida por su Director don Anselmo Hevia Riquelme, marcando un hito histórico en el calendario bomberil de la Segunda Compañía. A esa reunión asistieron 16 bomberos voluntarios, la tabla indicaba tratar la solicitud de postulación de un joven de 28 años, chileno, soltero, luego de informar de sus antecedentes su solicitud fue aceptada y se incorpora a la Segunda Compañía el postulante Fernando Waymann Riveros. Durante su permanencia en la "Esmeralda" se hizo merecedor a la "Estrella de Honor" los años 1906, 1910, 1913, 1915. En los años 1906, 1910, 1913, 1917, 1921, y 1926 obtuvo premios del Directorio por años de servicios en el Cuerpo de Bomberos de Santiago, recibiendo en 1918 la "Medalla de Oro" por 20 años de servicios en la 2ª Cía. “Esmeralda”.
En 1904, es elegido Tesorero, cargo que ocupa hasta 1920. Entre 1921 y 1928, es elegido Consejero de Disciplina cumpliendo también 11 comisiones. Por sus sobresalientes méritos personales y bomberiles, se propone bautizar la Guardia Nocturna como "Fernando Waymann", proposición que es ratificada por toda la Compañía.
Verdaderamente y luego de noventa años de magníficos servicios, se puede afirmar que la Guardia Nocturna “Fernando Waymann”, hija de la clarividencia de los bomberos de antaño es una de las más preciadas joyas que puede exhibir la 2ª Cía. “Esmeralda” de Santiago, al igual que lo hizo aquella matrona romana al presentar a sus hijos, de la cual nos habla don Enrique Mac-Iver Rodríguez en su intervención como Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, con motivo de la celebración del vigésimo quinto aniversario de la Institución, en ceremonia realizada el 20 de diciembre de 1888 en el Cerro Santa Lucía. .
Valparaíso 1851 (hrm/cca)

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