lunes, 19 de octubre de 2015

Dr. Heinrich von Dessauer Director Hospital Alemán de Valparaíso 1875 y Bombero de la Deutsche Feuerwehrkompagnie Nº2 “Bomba Germania” zu Valparaíso.

El Hospital Alemán de Valparaíso ubicado en el cerro Alegre de la ciudad, fue fundado el 10 de Abril de 1875 por un núcleo de 71 alemanes y funcionó hasta el año 2010. Es el más antiguo Hospital Alemán de Chile y después de Buenos Aires el segundo más antiguo de Sudamérica, trascendiendo su prestigio en un período más allá de los límites de Sudamérica, fue ejemplo y promotor de la creación de otros hospitales alemanes fundados posteriormente en Concepción, Santiago y Valdivia.
La colectividad alemana en Valparaíso y en Chile se prestigió por el impecable funcionamiento del hospital desde su inicio. Gran generador de conocimiento e investigación dada una generación de destacados médicos. De ellos destaca el Dr. Guillermo Münnich (1876 - 1948), amigo y médico de cabecera del Presidente Pedro Montt y Director del hospital por 40 años. Al parecer la iniciativa de crear un hospital se desarrolló al interior de la antigua Logia Germania, en 1874, cuando el Dr. Heinrich von Dessauer (2ª Cía.) y el comerciante Carl Inghirami presentaron en esta institución la idea de crear la Corporación de un hospital, ella fue acogida por unanimidad, creándose un fondo de $ 1.000.- para esa finalidad. Bajo la supervisión del Dr. Theodoro von Schroeders en 1877 se adquirió la Ex Quinta Buchanan, una casa en el Cerro Alegre del puerto. El terreno fue escogido por una razón simple y lógica para la época: se consideraba el sol como un factor importante para la recuperación de la salud de las personas. El terreno escogido quedaba sobre la línea de la bruma matinal por lo que el sol llegaba antes, prolongando la exposición y elevando la temperatura aun en invierno, reduciendo los costos de calefacción. El valor de la propiedad fue de $15.000 pesos oro de 18 peniques (La Unión, 23/10/1930) y se agregaron $ 6.000.- para su remodelación. En octubre de ese año, inaugurada como Hospital Alemán. En 1879 se construyó un pabellón solo para pacientes contagiosos de viruela y tifus entre otros virus. En su inicio contó con 20 camas, mediante una ampliación de dos pisos en 1882 y otra en 1913 se incrementó la cantidad de camas a 80 e incluso a 100 en casos de emergencias. La superficie construida para 1913 era de 1.290 m2. Si bien la comunidad alemana había construido el Hospital por la necesidad de atención médica a sus miembros, desde su creación el Hospital fue destinado al bienestar general acogiendo también a personas de escasos recursos que no contaban con dinero para sufragar los gastos de estadía. Las visitas médicas se hacían a pie, en burro, a caballo y a veces en cupé (el primer ascensor se abre en 1883). Para 1905, con ocasión de la epidemia de viruela, se realizó una colecta en la comunidad alemana que permitió construir un lazareto en Playa Ancha que posteriormente fue donado a la Junta de Beneficencia de Valparaíso. Los efectos de la epidemia fueron demoledores para la población de los cerros de la ciudad, pero también afectó al plan, a diferencia de lo ocurrido con otras epidemias. Posteriormente, se efectuaron nuevas ampliaciones quedando el hospital, para 1919 con un edificio de tres pisos con 27 piezas. Ese año se arrendó también una casa frente al hospital en donde se ubicó la maternidad y un laboratorio clínico. Los diferentes directores que tuvo el hospital, para el periodo que nos interesa, fueron connotados profesionales cuyo aporte al desarrollo de la medicina chilena fue muy significativo. El primer Médico-Jefe fue el Médico Cirujano Heinrich von Dessauer (2ª Cía.) quien, entre otros aportes, realizó en 1875 la primera transfusión de sangre en Chile y América a un año de su realización en Alemania. Luego de una hora y media logró el procedimiento usando la sangre de un cordero. Otro avance logrado en el Hospital Alemán se refirió al tratamiento de la epidemia de Tuberculosis, cuyo método llegó a Chile a través del Médico Cirujano Theodoro von Schröders. Heinrich von Dessauer (2ª Cía.) obtuvo su licencia médica en la Universidad de Chile con una tesis sobre la ovariotomía. En esa época que aún no se había introducido la antisepsia en las intervenciones quirúrgicas las operaciones internas eran excepcionales. En 1875 se fundó la Sociedad Clínica de Valparaíso que editó, a partir de 1879, la “Gazeta Médica de Valparaíso” y que recogió varias de las experiencias realizadas por el Dr. Von Dessauer como cirujano. Ese mismo año el Dr. Heinrich von Dessauer (München 1830 - Valparaíso 1879) muere precozmente a los 49 años por una neumonía contraída en una visita domiciliaria a un grave paciente a las tres de la madrugada a un conventillo del cerro Cordillera del Puerto, Durante la segunda mitad del siglo XIX son varios los médicos alemanes que tuvieron participación profesional en el Hospital Alemán como en otros establecimientos hospitalarios de la ciudad y el país. Entre ellos, además de Heinrich von Dessauer, podemos mencionar al Dr. Aquinas Ried (2ª Cìa.), José Juan Bruner, Teodoro Piderit, Jorge Thiele, Alfonso Klickman, Eduardo Hoffmann y el Dr. Conrado Fiedler (2ª Cía.). Destacan sí en forma especial los tres primeros por estar entre los impulsores y/o fundadores del hospital y por sus aportes a la medicina de la época como también por su participación al interior de la comunidad alemana. La nómina de médicos-jefes Hospital Alemán de Valparaíso entre 1877-1948. Médico-Jefe Período Heinrich von Dessauer 1877-1879 Jorge Thiele 1879-1885 O. Page 1885-1891 Hugo Hahn 1891-1895 Conrad Fiedler (2ª Cía.) 1896-1905 Guillermo Munich (2ª Cía.) 1905-1948. Dr. Aquinas Ried (2ª Cía.) falleció en 1869, antes de la fundación del hospital, pero se destacó como uno de los principales impulsores de la idea de crear un hospital para la colectividad. Su gestión como médico fue sobresaliente, pero también se destacó como músico, poeta, explorador y filántropo. Tuvo una activa participación además en la 2ª Compañía de Bomberos “Bomba Germania” en donde ocupó el cargo de Comandante en 1863, 1864 y 1866 durante el bombardeo a Valparaíso por la escuadra española. Fue nominado Miembro Honorario del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Entre los impulsores cabe también mencionar al Dr. Teodoro Piderit quien llegó a Valparaíso en 1851 permaneciendo por un período de 14 años en el Puerto para luego regresar a su tierra, que había dejado por un tiempo luego de los conflictos de 1848. Sus aportes se orientaron por el área de la psicología a través de diversas obras que mantuvieron vigencia por muchos años siendo publicadas en diferentes idiomas. Entre ellas sobresale “Principios de la Mímica y Fisonomía” publicada en 1863. El primer director del hospital fue el Dr. Teodoro von Schroeders, nacido en Letonia y titulado de médico en Viena. Llegó a Valparaíso en 1873. Sobresalió por su preocupación por “la peste blanca”, como se denominaba a la epidemia de Tuberculosis, siendo el primero en hospitalizar tísicos en el Hospital Alemán quien trajo a Chile un método para esta epidemia, cuando su condición de contagiosa apenas se aceptaba. Fue becado por el gobierno de Chile para participar en el Congreso de Berlín a fin de conocer los últimos adelantos sobre la tuberculosis. Aparece también entre los promotores de la “Ambulancia Alemana” que atendió a los heridos las batallas de Placilla y Concón durante la guerra civil de 1891. A inicios del siglo XX, en 1905 asumió como médico jefe del Hospital el Dr. Guillermo Munich (2ª Cía.), quien reemplazó al Dr. Conrad Fiedler (2ª Cía.) y se mantuvo en dichas funciones hasta 1948, fecha de su fallecimiento. El Dr. Munnich es considerado uno de los precursores de la cirugía torácica como abdominal en Chile. Fue de los primeros en efectuar la resección gástrica por úlcera y por cáncer. Como consecuencia de su gestión en 1920 se trajo al Hospital Alemán el primer aparato de anestesia que permitía la respiración artificial, facilitando las operaciones torácicas en especial las relacionadas al corazón y pulmones. En 1925 el Hospital había atendido a 15.766 pacientes y se habían efectuado 8.032 intervenciones quirúrgicas. Un hecho digno de mención es que el Hospital Alemán fue el promotor de la carrera de Enfermería en Valparaíso, cuando en Chile esta carrera no existía. En 1914 se contrató por primera vez, enfermeras en Alemania. Aun se recuerdan a las "Schwester", con ellas se organizaron por años cursos de enfermería, fueron precursoras de las carreras de Enfermeras Universitarias y Auxiliares Paramédicos. La Clínica pronto dispuso de un excelente Depto. de Cirugía, donde se realizaron exitosas operaciones no sólo por primera vez en Chile, sino que en Sudamérica. Entre éstas se destacar la sección de tráquea practicada por el Dr. Olof Page y la perforación tifosa del intestino, que desde 1916 la realizaba el médico cirujano Dr. Guillermo Munich (2ª Cía.). La presencia de médicos alemanes, las limitaciones de los servicios hospitalarios de la ciudad y las permanentes epidemias que afectaban a Valparaíso, hacían entendible el interés de algunos médicos y farmacéuticos de la colectividad por crear su propio hospital. En 1855 se estableció a cargo de una Botica; Guillermo Münnich y posteriormente instaló la suya, en 1865, Emilio Eisele (2ª Cía.). Ambos fueron parte importante del grupo de fundadores del Hospital Alemán en 1875. Entre los médicos fueron pioneros en esta idea Aquinas Ried (2ª Cía.) y Teodoro Piderit, quienes cuando se fundó la Comunidad Alemana en 1855, que finalmente se abocó solo a la creación del Colegio Alemán, pensaban también en la creación de un hospital. Para ese momento la idea no estaba aún madura por cuanto había varios obstáculos que superar para asumir la creación de ese tipo de establecimiento como una necesidad. En primer lugar existían problemas económicos por cuanto la creación de un hospital implicaba ingentes gastos. A estas limitaciones se sumaba el poco interés, y el rechazo de la comunidad, a tener un hospital, pues no se tenía buena percepción de la utilidad que podía tener un centro hospitalario. Como sostiene el Dr. Adolfo Reccius (2ª Cía.): “la sola palabra hospital sugería ideas de terror, de sufrimiento, de discriminación social y una permanencia, aún corta en él, era considerada siempre peligrosa, temida por todos; para muchos tan temida como se teme a la muerte”. Por otro lado, tal como lo explica el Dr. Roberto Burmeister, para los alemanes que no dominaban el español era importante poder ser atendidos en su propio idioma. En todo caso tanto el Hospital Alemán de Valparaíso como el de Concepción establecían en sus estatutos que los hospitales estaban destinados al cuidado de enfermos de nacionalidad alemana pero que al mismo tiempo estaban dispuestos a servir a los súbditos chilenos o de cualquier otra nacionalidad. Las limitaciones que tenía la medicina a nivel internacional, y en Valparaíso, en donde las condiciones de higiene en las que vivía gran parte de la población eran muy deficientes y generaban un ambiente de fragilidad sanitaria para toda la población, que se expresaba en elevadas tasas de mortalidad infantil y el permanente peligro de epidemias que causaban el exterminio masivo de parte importante de la población, especialmente de los sectores marginales, más expuestos por las nulas condiciones higiénicas en que vivían. La falta de agua potable y alcantarillado, el hacinamiento, la mala alimentación y pésimas condiciones de las viviendas y el alcoholismo, constituían un escenario perfecto para generar todo tipo de epidemias y enfermedades contagiosas. Durante la segunda mitad del siglo XIX la viruela, el cólera, el sarampión, la escarlatina, la influenza y el tifus mantuvieron una elevada mortalidad entre la población frente a la incapacidad, de parte de la medicina, para poner atajo a la situación. Otra causal de problemas sanitarios eran también las lluvias, que traían inundaciones generando humedad, y enfermedades respiratorias. El problema era complejo pues había deficiente funcionamiento de los cauces y ocupación de espacios no aptos para viviendas, especialmente en las quebradas donde vivía la población. El crecimiento de la comunidad alemana hizo posible concretar la creación del hospital. Por ello apareció la Corporación del Hospital con la participación de 105 miembros de la colectividad, de los cuales 71 firmaron las escrituras. La Corporación estaba dirigida por un directorio constituido por 15 miembros que se distribuían en presidente, vicepresidente, secretario, prosecretario, tesorero y 10 consejeros quienes se iban turnando para efectuar la vigilancia del hospital. La administración del servicio profesional estaba a cargo de un médico-jefe y los servicios, aprovisionamiento, contabilidad, mantención estaban a cargo de un administrador. El primer administrador fue el farmacéutico Augusto Müller quien permaneció en el cargo desde 1878 hasta 1906, siendo reemplazado por otro farmacéutico alemán. Por problemas de financiamiento, esta Institución destacada en la historia de la inmigración de Valparaíso y de la medicina sudamericana tuvo que cerrar sus puertas de manera definitiva en el 2010. Después de tan destacada trayectoria y tan fuerte influencia tanto en su entorno más cercano como en los más lejanos, la historia del Hospital Alemán no puede quedar reducida al frágil recuerdo colectivo, se hace imperioso entonces, rescatar y mantener latente el legado de tan prestigiosos profesionales varios de ellos también bomberos voluntarios de la Deutsche Feuerwehrkompagnie Nº 2 “Bomba Germania” zu Valparaíso, que dedicaron sus vidas a cuidar y preservar la salud y la seguridad de los habitantes del primer puerto de la República de Chile; Valparaíso. La museóloga alemana Julia Koppetsch fue la encargada del rescate de objetos y materiales de valor histórico que conforman la base de la colección de la inmigración alemana en Valparaíso, abriéndose en abril de 2014 la sala de exposición “Memoria y Legado del Hospital Alemán de Valparaíso”. Hoy, la muestra incluye más de 2200 objetos luego que se sumaran los de la botica “La Unión” ubicada en calle Almirante Carlos Condell de la Haza, esquina de la antigua Plaza del Orden hoy conocida como Plaza Anibal Pinto Garmendia, Después de tan destacada trayectoria y tan fuerte influencia tanto en su entorno más cercano como en los más lejanos, la historia del Hospital Alemán no puede quedar reducida al frágil recuerdo colectivo, se hace imperioso entonces, rescatar y mantener latente el legado de tan prestigiosos profesionales que dedicaron sus vidas a cuidar y preservar la salud de los habitantes del puerto principal y muchos de ellos la seguridad en las catástrofes tan propias de nuestra ciudad, tales como terremotos y grandes incendios. 2ª Compañía de Bombas, fundadora de los bomberos en Chile.- Consecuencia del dantesco incendio que afectó el barrio del Puerto, sector comercial de Valparaíso, el 15 de diciembre de 1850, se reunieron diversos representantes del comercio porteño para organizar una organización bomberil a fin de enfrentar los continuos incendios que afectaban a la ciudad. Luego de varias reuniones con el Intendente Almirante Manuel Blanco Encalada; se acordó crear las Comisiones Oficiales Organizadoras del la Asociación contra Incendios de Valparaíso, en las cuales figuraban algunos miembros de la colectividad alemana como Guillermo Müller, Francisco Nebel, Otto Uhde y Enrique Ward, quienes citaron el 7 de junio de 1851 para formar el reglamento de la Segunda Compañía de Bombas, quedando la oficialidad conformada de la siguiente manera: Capitán Otto Uhde, Teniente 1° Wilhelm H. Vincent, Teniente 2° W. H. Law, Teniente 3° Alfredo Poppe, Teniente 4° S. Mack, Secretario-Tesorero José Antonio Mercado. La nómina de socios fundadores fue de aproximadamente 180 personas de los cuales la mitad pertenecía a la colectividad alemana. Oficialmente se considera como fecha de fundación el 30 de junio de 1851. En 1862, por acuerdo del Directorio cambió de nombre de Segunda Compañía de Bombas pasándose a llamar Segunda Compañía de Bomberos Salamandra. En 1867, con la llegada de su primera bomba a vapor se modifica el nombre para denominarse Segunda Compañía de Bomberos Bomba Germania y Salamandra. De acuerdo al reglamento de la Compañía aprobado el 14 y 20 de febrero de 1894 se pasa a llamar Deutsche Spritzen Kompagnie N° 2, Spritzen Germania und Salamandra (Compañía Alemana de Bombas N° 2, Bombas Germania y Salamandra). Algunas importantes figuras públicas sobresalen entre los miembros de esta Compañía, como ocurre con el caso del Dr. Aquinas Ried, destacado médico y músico y quien tuvo descendientes que posteriormente también fueron bomberos, como fue el caso de su hijo Gustavo Ried Canciani, quien participó primero en la “Bomba Germania” y posteriormente fue uno de los fundadores de la Quinta Compañía “América”, más tarde “Arturo Prat” de Santiago. Posteriormente, su nieto, Alberto Ried Silva fue también bombero “Quintito” de Santiago y participó en la fundación del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa. También figura como un voluntario sobresaliente Juan de Dios Arlegui Gorbea, quien fue alcalde de Valparaíso (1864-67) e intendente de la provincia en dos ocasiones, como también diputado y senador. Fue el primer chileno nombrado Gran Maestro de la Gran Logia de Chile. Su vínculo con la Compañía Germania se mantuvo por más de 50 años y llegó a ocupar el cargo de Superintendente del Cuerpo de Bomberos (1871-72). Se agrega, entre los fundadores de la Compañía, el destacado empresario norteamericano Guillermo Wheelwright, fundador de la Pacific Steam Navegation Company y constructor de la vía férrea entre Copiapó y Caldera. También la “Germania” tuvo en sus filas al distinguido bombero José Andrés Alfonso Cavada, quien fue Superintendente del Cuerpo de Bomberos entre 1873 a 1875, debiendo dejar el cargo para sumir como Ministro de Relaciones Exteriores (1875-1878) en el gobierno del Presidente Federico Errázuriz Zañartu. En determinadas ocasiones los bomberos de la “Bomba Germania”, en virtud de su prestigio y disciplina, desempeñaron importantes funciones de carácter cívico, como resguardar el orden público ante situaciones de emergencia, tal como ocurrió para la Guerra de 1879 y para 1931, cumplieron funciones policiales, resguardando la ciudad y dirigiendo el tránsito, durante ocho días, en el período que se produjo la caída de Carlos Ibáñez del Campo del poder presidencial. Han existido también permanentes relaciones entre la Bomba y otras instituciones de la colectividad. Se daba el caso que muchos de los miembros del club de regatas eran también bomberos. Era también habitual que los bomberos estuvieran a cargo de la seguridad durante las kermeses organizadas por el Colegio Alemán de Valparaíso (Deutsche Schule) y hasta hoy bomberos de la Germania participan trabajando en los diferentes Stand. Igualmente, entre las distintas Compañías era común que se realizaran competencias deportivas donde la “Bomba Germania” participaba activamente. Esta institución, ha estado desde sus inicios, conformada por miembros tanto alemanes como chilenos, aunque en su estructura directiva, hasta mediados del siglo XX, siempre el director perteneció a la colectividad alemana. A Fines del siglo XIX, la Bomba Germania tuvo su propia banda de músicos compuesta por bomberos que participaban en fiestas, presentaciones, funerales y formaciones. De acuerdo a fotografías de la banda, se percibe cómo el uniforme y las características de sus componentes, denotan la influencia militar alemana y la identidad étnica de sus integrantes. No podemos terminar esta resumida historia del Médico de Compañía Dr. Heinrich von Dessauer y los inicios del Hospital Alemán de Valparaíso sin mencionar al Teniente 3º Julio Fenner Heitmann, mártir de la Deutsche Feuerwehrkompagnie Nº 2 “Bomba Germania” zu Valparaíso, quien el 15 de junio de 1931 cayó mortalmente herido al producirse un derrumbe en el incendio de Avda Placeres en el cerro del mismo nombre. Rescatado de los escombros, fue trasladado a las 20,00 horas de ese fatídico día al Hospital Alemán del cerro Alegre, donde fue operado de inmediato por el Dr. Guillermo Munich y desde ese momento la esposa de Fenner se convirtió en la mejor de las enfermeras y acompañante del bombero héroe. Sus médicos de cabecera fueron los distinguidos médicos Guillermo Münnich, Adolfo Reccius (2ª Cía.), Federico Ankelen (2ª Cía.), Hans Betzhold y Fonck. A raíz del derrumbe, Fenner sufrió la fractura de la columna vertebral, parálisis de ambas piernas y fractura de la pierna izquierda. Su vitalidad y su magnífica contextura física, solo sirvieron para prolongarle la vida durante 23 días, los cuales pasó rodeado del afecto de sus amigos, parientes y bomberos Germanos. Falleció en el Hospital Alemán a las 18,40 horas del 8 de julio de 1931.

Valparaiso 1851 (hrm/cca.)

Agradecemos a la Dra. Bettina Von Dessauer, Clínica Alemana de Santiago, y bisnieta del primer director del Hospital Alemán de Valparaíso, Dr. Enrique von Dessauer (2ª Cía.) .
Historia de un Hospital del Puerto (Hospital Alemán de Valparaíso) del Dr. Adolfo Reccius E. (2ª Cía.).

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martes, 13 de octubre de 2015

Asociación contra Incendios de Valparaíso, Ejercicio 2ª Cía. publicado en el diario "El Mercurio" 29.08.1851

Hace 164 años el diario El Mercurio de Valparaíso publicó en su editorial de manera destacada la información que daba a conocer la actividad bomberil que se iniciaba en Valparaíso, cuna de los bomberos de Chile. En ella se publicaba que la Segunda Compañía (hoy Deutsche Feuerwehrkompagnie Nº 2 "Bomba Germania" zu Valparaíso) de la Asociación contra Incendios de Valparaíso (hoy Cuerpo de Bomberos de Valparaíso), salía ayer a las 3 de la tarde del Cuartel de las Bombas, bajo de la Bolsa, con su nuevo y sencillo uniforme. Lo principal del pueblo concurrió a solemnizar con su presencia, de una manera más honrosa que lo que fue solemnizado el Bando del 31, el ejercicio que iba a hacer esta Compañía. Un gentío inmenso cubría ambas plazuelas, alentando de este modo el entusiasmo patriótico de los bomberos. La Compañía salió con dos objetos: primero, ensayar las mangueras con que cuenta la Asociación para condenar las inútiles, poner en servicio las útiles y saber que elementos se poseen y faltan para llenar el instituto de la Asociación; segundo, hacer de paso un ejercicio y poder preveer las eventualidades en el caso de un incendio. El resultado correspondió. Todo el comercio era espectador de las maniobras: los hombres más caracterizados los veíamos tomar parte y ejercitarse con el placer más espontáneo en el trabajo de que se ocupaba la Compañía. Todos con un entusiasmo juvenil se humedecían, se mojaban en el mar con una resolución que hubiera podido sedirse que estaban acostumbrados a ello. Nunca es más respetable Valparaíso que hoy. Causa un verdadero orgullo la cultura y la confraternidad que reina en toda la alta clase de esta sociedad. Tratándose del bien común, ahí están todos.

Valparaíso 1851 (hrm/cca)

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martes, 6 de octubre de 2015

Incendio del Hotel de la Victoria en Valparaíso 28 de abril de 1852.

Sin duda que el incendio del vapor Perú, motivó el estreno y puso a prueba la rapidez y capacidad de trabajo de la naciente Asociación contra Incendio de Valparaíso, provocando un éxito admirable. Así su primera lucha contra el fuego en tierra se realizó el 28 de abril de 1852, cuando la campana de alarma anunció que en una de las zonas más concurridas de la ciudad se había declarado un gigantesco incendio.
A las tres y media de la madrugada el sereno del lugar dio la alarma de incendio y el tañer de la campana llamó a los Bomberos, a combatir un voraz incendio en la calle de la Victoria en el barrio del Almendral. El fuego consumía el hermoso edificio del “Hotel de la Victoria” de propiedad del matrimonio formado por don Tiburcio López de Toro y doña Manuela Molina, a una cuadra y media de la Plaza de la Victoria. Los bomberos fueron alertados por el guardián de ronda, sin embargo la gran distancia al lugar, las calles en mal estado y la hora inoportuna impidieron que la ayuda llegara con más rapidez al lugar. El fuego que se había declarado en el interior del hotel, solo se vio cuando las primeras llamas coronaron el techo. Al llegar bomberos al lugar una gran hoguera con espesas columnas de humo, se elevaban al cielo, ardiendo por todos sus lados y destruyendo tres grandes edificios Los bomberos enfrentaron el fuego, utilizando todos los elementos de que disponían, y si bien es cierto que no pudieron salvar los inmuebles que se incendiaban, lograron rescatar las casas y edificios colindantes y evitaron que los daños fueran mayores, sin embargo dejó en evidencia una vez más la ineficacia de las viejas bombas que hacían estériles todos los esfuerzos y sacrificios de los bomberos. Las bombas sirvieron magníficamente y los bomberos trabajaron con un valor asombroso y con una constancia superior a todo elogio. Su mayor interés fue salvar el valioso edificio que servía de ornato a la plaza de la Victoria, ocupado en su mayor parte por familias, casas de negocios y almacenes de depósitos por sus tres frentes. Para lograr el objetivo planificaron y ejecutaron el siguiente plan de ataque: La 1ª Compañía de Bombas armó en el pozo recién construido en la Plaza de la Victoria frente a la casa del Obispo de la Diócesis de Valparaíso desde 1852 Diego Antonio Elizondo y Prado, (propiedad que pasó posteriormente a poder de doña Juana Ross de Edwards), extendió sus mangueras por la calle de la Victoria (hoy Pedro Montt) y dio agua a la 2ª Compañía que se situó al frente del Hotel incendiado. Los Bomberos atacaron el fuego por el frente, pero defendiendo el costado oriente del edificio que daba a la calle de Vizcaya (hoy General José Miguel Carrera y Verdugo) conocida hoy como calle Carrera. Cuando el peligro de esta sección hubo disminuido, notaron que en el interior avanzaba el fuego hacia la casa del Obispo; la 2ª Compañía de Bombas se corrió hacia el Puerto, subiendo sus mangueras al techo y logrando sofocar el fuego que se pronunciaba en el techo de dicha propiedad. Después de una hora de duro y eficaz trabajo dejó a la 1ª Compañía en su lugar y trasladó su material a la playa, donde armó estirando sus mangueras por la misma calle Vizcaya (hoy Carrera), atacando por la calle Chacabuco el edificio incendiado, trabajando de esta manera largo tiempo hasta llegar por sobre los escombros a la calle de la Victoria (hoy Pedro Montt). La Compañía de Hachas y Escaleras fue la primera en iniciar los trabajos y efectuaron tan bien su labor, que pronto se vio calmada la voracidad de las llamas. Fueron también auxiliados oportunamente por la tripulación de la fragata de S.M.B. “Dadalus” perteneciente a la marina inglesa, cuyo comandante el Capitán G.G. Wellesley dispuso toda la ayuda necesaria, tropas de tierra y mar de la marinería chilena y gente de servicio, armadas de hachas y baldes que organizaron y trajeron al lugar del siniestro los señores Macfarlane y Stuven. La rapidez e inteligencia con que se efectuaron los trabajos unidos al entusiasmo y constancia con que todos trabajaron, permitieron salvar las propiedades colindantes. La conducta de la ciudadanía fue admirable, pues no se tuvo conocimiento de un solo robo y las pérdidas fueron ocasionadas solamente por los efectos del fuego. La plaza de la Victoria fue usada como depósito de las mercaderías salvadas de los almacenes y de los muebles de las casas. Como consecuencia del peligroso trabajo realizado por los bomberos, tres de ellos resultaron heridos; el señor Edmundo White que cayó con un techo hundido, corriendo grave riesgo de morir aplastado por él; Sr. Esteban Chenel, bombero de la Compañía de Hachas y Escaleras, herido por una caída del techo de una casa a la calle, y el Sr. Reynolds, que sufrió ligeras contusiones. Sin embargo, vieron que de poco serviría su entusiasmo y buena voluntad si no se aumentaban sus elementos de ataque y se tomaban otras disposiciones que facilitaran sus duras tareas. Desde luego se convino en que era preciso colocar más campanas y abrir nuevos pozos de incendios en determinados puntos de la población en que era indispensable contar con los servicios de un cuerpo de Auxiliares Voluntarios y también en que se debía organizar una tercera compañía de bomberos que tuviese su cuartel en el Almendral, a fin de atacar el fuego lo más pronto posible en caso de que apareciese en ese importante y populoso barrio. No tardó en ponerse manos a la obra, realizándose estas necesidades en la medida que lo permitían los recursos de que disponía la Asociación. El 16 de junio de 1852 luego de 81 días de navegación llegaron a Valparaíso, desde Boston, Estado de Massachussets en la barca “Independencia” las dos bombas encargadas a Estados Unidos. Fueron construidas por la fábrica “William C. Hunneman & Co. Builders”, para la 1ª Cía. “La Americana” y para la 2ª Cía. “La Chilena”. El importador fue Augustus Hemenway & Cía. de Valparaíso (posteriormente Wessel, Duval & Cía.) y el costo total de ambas bombas fue de $ 5.315.- pesos 7 centavos, valor que fue pagado totalmente el 17 de julio de 1852. Pudo entonces pensarse seriamente en la organización de la 3ª Compañía. Sobre la importante actuación de los bomberos en el incendio del 28 de abril de 1852, el Intendente de la Provincia don Roberto Winthrop Simpson envía el Superintendente de la Asociación la siguiente nota: INTENDENCIA DE VALPARAÍSO --------------------- Valparaíso, Abril 28 de 1852.- Me es grato como Jefe de la Provincia, expresar los sentimientos de gratitud, aprecio i admiración que han inspirado a todo este vecindario los servicios que han prestado los señores voluntarios bomberos de las tres compañías en la extinción del incendio que estalló a las 3 ½ de esta mañana en esta ciudad. Hay tanto de abnegación i de virtud en esta noble conducta de los señores voluntarios, que ella lleva en sí i en el testimonio de todo el pueblo, mi mejor recompensa; sin embargo quiero agregar a él mis sentimientos que son los del Gobierno que represento, esperando que tenga Ud. la bondad de trasmitirlo a todos los señores Dios guarde a Ud. ROBERTO SIMPSON. Intendente Al Director de los cuerpos voluntarios de Bomberos, Señor José Tomás Ramos Font.- PARTE DE LA COMANDANCIA DE SERENOS Valparaíso, Abril 28 de 1852.- A las cuatro de la mañana fue incendiado el “Café de la Victoria” por el fogón que tenía contiguo al mesón. En el acto que asomó un globo de humo por el callejón que hay entre esta casa i la del Sr. Vayolo, se dio la noticia al señor Intendente, Vice-Intendente de las bombas, i demás empleados en este ramo, anunciando al mismo tiempo por el toque de campana, el aumento que progresivamente tomaba el fuego, pues no solamente fue incendiada esta casa sino la del señor Neves y Uribe. El señor Intendente, Vice-Comandante i el Secretario señor Peña, acudieron en el acto, i no menos un numeroso pueblo, a proteger a los desgraciados. Llegaron las bombas, las que hicieron prodigios por sus acertadas maniobras i por el empeño y entusiasmo con que todos en general se condujeron, olvidando los riesgos a que sus vidas estuvieron expuestas. Acudió igualmente, al mando de un oficial, alguna tropa de la marina inglesa, los que trabajaron con igual constancia. (firmado) JOSE GREGORIO ALLENDE El 12 de mayo de 1852, el diario “El Mercurio” de Valparaíso publicó lo siguiente: Suscripción para un edificio.- En el Café de la Bolsa se ha abierto una suscripción encabezada con las siguientes palabras: “Empréstito que por el término de cinco años contados desde hoy día de la fecha, los que suscriben se comprometen hacer sin interés alguno al señor D. Tiburcio López de Toro, bajo documento y con hipoteca de la casa y terrenos que posee en la calle de la Victoria de esta ciudad, para levantar de nuevo el edificio que fue destruido por el incendio del 28 de próximo pasado abril, y de la fecha en doce meses en que fijará de arriendo anual al edificio 2,500 pesos, los que se distribuirán cada año entre los contribuyentes por el depositario nombrado al efecto, o antes si la suerte del señor López fuese propicia”. Una docena de respetables comerciantes han puesto sus nombres al pie de ese honroso registro de la filantropía pública de Valparaíso, añadiéndole cantidades que ahora por el momento llegan a más de 8,000 pesos. El señor Tiburcio López tiene, pues, motivo para esperar de la ilustrada generosidad de nuestros capitalistas el cumplimiento de su justo empeño de reeditar su fortuna por un medio que grava poco la beneficencia, al tiempo que honra e ilustra levantando a una familia que una accidental desgracia trajo en un instante a la miseria. El 2 de mayo de 1852 el diario “El Mercurio” publicó la información que expresa la gratitud y generosidad del obispo Elizondo a la naciente organización bomberil porteña, señalando lo siguiente: Gratitud y generosidad.- Se nos ha asegurado que el señor obispo Elizondo, cuya magnífica casa de valor de más de $ 60.000.- pesos ha salvado de ser devorada por las llamas por el heroico y noble esfuerzo de los jóvenes bomberos, piensa darles un lunch como prueba de su agradecimiento y al cuerpo la suma de 5.000 pesos para procurarse más bombas y mejores elementos con que contrarrestar al terrible elemento que amenaza constantemente a Valparaíso. Aplaudimos una generosidad tan digna de su Ilustrísima y una gratitud que debe servir de tan poderoso estímulo al noble Cuerpo de Bomberos, de cuyo entusiasmo y abnegación tanto tenemos que esperar todavía. 

Valparaiso 1851 (hrm/cca)

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