El Hospital Carlos Van Buren y los Bomberos de Valparaíso
El primer Hospital con que contó Valparaíso, ha tenido una estrecha vinculación con el Cuerpo de Bomberos, pues, varios de sus administradores han pertenecido a sus filas, donde han ocupado destacados lugares e importantes funciones; el ejemplo más relevante y que perdura hasta hoy, es el hecho de que lleve el nombre del distinguido bombero de la 3ª Cía. “Cousiño y Edwards”, Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso (1921-1923), hombre público y filántropo de muchas instituciones, como lo fue don Carlos Van Buren Vallejo.
Revisando los hitos más sobresalientes de la historia de este hospital, se puede observar que en 1744 los viajeros Jorge Juan y Antonio Ulloa vienen a Valparaíso y detectan que no existía hospital alguno en este puerto, de manera que cuando comenzaron a llegar los barcos por la vía del Cabo de Hornos, que generalmente traían algunos tripulantes enfermos, a causa de las privaciones y penurias de la larga navegación, se hizo necesario contar con un hospital para que recibieran oportuna atención.Se le pidió entonces a la orden hospitalaria de San Juan de Dios que instalara un hospital de acuerdo a lo dispuesto por la Real Cédula del 14 de agosto de 1768; en ella se asignaba un local para el hospital en la Hacienda Bocanegra, situada en el barrio del Almendral. Esta ubicación fue resistida por todos, debido a que el sector del Almendral era un lugar muy apartado de la ciudad “de tan escasa población que era temido por los caminantes”. Esta oposición originó una segunda Real Cédula del 9 de julio de 1769, en la cual se entregaba al hospital la casa que había pertenecido al antiguo colegio de los Jesuitas, detrás de la Iglesia de la Matriz en el barrio del Puerto. Esta propiedad había sido cedida al Convento de Santo Domingo el año 1767 por el Presidente don Diego González Montero, y se encontraba en tan pésimo estado de conservación, que siendo destinada a habitación de los curas de la Matriz, estos rehusaron aceptarla.
Los padres Dominicos poseían además una gran propiedad ocupada por un hospicio y capilla en el sector de la Quebrada de Elías (hoy Ricardo Cumming) y unas bodegas (que guardaban mercadería en tránsito) en una quebrada denominada después San Juan de Dios y hoy Avenida San Juan de Dios, a continuación de la actual subida Ecuador. Los terrenos comprendían desde el cerro de la Concepción hasta el cerro Bellavista. El sector del hospicio y la capilla se vieron afectados por un incendio el 1º de enero de 1772; luego, con la ayuda del benefactor, el maestre de campo don Lucas Veas Durán, se inicia la reconstrucción del convento el cual es ofrecido antes de concluir su construcción, en permuta para el hospital, a cambio del antiguo colegio de los Jesuitas, en la parte posterior de la iglesia de la Matriz.
Algunos historiadores señalan que el hospital fue bautizado con el nombre de “Hospital de la Misericordia”, y habría sido fundado el 18 de noviembre de 1772, bajo el reinado de Carlos III de España (1716-1788), por un Auto de la Junta de Temporalidades.
Sin embargo se sabe que el Gobernador de la Plaza, don Juan Francisco de la Riva Herrera, pide a la Real Junta de Temporalidades una permuta de los terrenos señalados, ya que el de la Quebrada de Elías poseía Capilla y edificios fácilmente adaptables para el objeto y agua dulce permanente; estaba además “a competente altura y más inmediato a la margen del mar para recibir los enfermos que se remitan a él”, esto en atención a que en el lugar donde estuvo la antigua plaza del Orden (hoy Aníbal Pinto) existía en aquella época un embarcadero conocido como el “Muelle de Villa-Urrutia”.
Luego del informe la Junta autorizó la permuta, firmando el 23 de junio de 1777 la escritura pública la Junta de Temporalidades (Institución destinada a administrar los bienes Jesuitas que fueron dejados al ser expulsados de Chile) y el Obispo representado por un dignatario eclesiástico. A continuación el Padre Fray Luís Navedas, religioso de la orden de San Juan de Dios recibe los edificios, bodegas, tierras y demás bienes que comprenden la permuta.
En el mismo documento de fecha 23 de junio de 1777 el Capitán General don Agustín de Jáuregui dispone la fundación del Hospital en el mismo lugar de la Quebrada de Elías, por ello esta fecha podría tomarse como el inicio y creación del Hospital, siendo su fundador y primer administrador el Hermano Hospitalario Prior o Director de San Juan de Dios, Fray José Zenteno (Zenzano).
En el acta quedaba establecido que los soldados de la guarnición y los tripulantes de los barcos mercantes deberían pagar derechos por su hospitalización y que si los recursos lo permitían se podría atender a mujeres. También se indicaba que el Hospital quedaría a cargo de los Hermanos Hospitalarios, religiosos de la Orden de San Juan de Dios.
La Real Audiencia puso en conocimiento de S.M. en España el cambio de ubicación acordado el 15 de septiembre de 1781, y siendo urgente la apertura del hospital, aceptó por oficio del 14 de septiembre de 1782, la proposición de los Hermanos Hospitalarios para abrir una “Enfermería Provisional” en el sitio designado, acordándose los fondos necesarios para ello, y haciéndose efectiva la apertura de la Enfermería a principios de 1783.
La respuesta del Rey aprobando lo obrado fue firmada en Madrid el 19 de diciembre de 1786, llegando a Santiago un año más tarde, de lo cual se puede deducir que el Hospital de la Misericordia conocido también como “Hospital San Juan de Dios”, nombre dispuesto por el Teniente Coronel, Gobernador Político y Militar de Valparaíso don José Salvador, se abrió a fines de ese año o a principios de 1788. La Real Cédula asignó además a los Hermanos de San Juan de Dios entre otras rentas el “Derecho de Aguada”, gracias a la cesión de las aguas de las vertientes del cerro Bellavista que les hizo Lucas Veas Durán, para que las utilizaran en sus necesidades y las vendieran para las aguadas de los buques que llegaban al puerto. Esta franquicia la conservaron durante toda la Colonia y hasta después de la Independencia.
En la sala de Dirección del Hospital puede leerse en su original el siguiente documento:
“Santiago, Octubre 5 de 1787.-
“Guárdese y cúmplase la Real Cédula de SM. dada en Madrid a 19 de Diciembre de 1786”, con respecto a que en el principal se ha dado la providencia que corresponde; archívese en duplicado donde convenga.
Señor Presidente de la Real Audiencia de Chile.- remito a VS. de orden del Rey la Real Cédula aprobatoria de la erección de un Hospital en el Puerto de Valparaíso a cargo de los religiosos de San Juan de Dios, para que VS. le dé el curso correspondiente, Dios guarde a VS. muchos años.
El Pardo, a 6 de Marzo de 1787.
Instalada la República, sobrevienen cambios administrativos en la institución y en el hospital. La edificación era miserable y los recursos escasos a tal extremo que se cuenta que los enfermos, apenas convalecientes, salían por los alrededores a pedir limosna y alimentos. Con el tiempo el local se fue haciendo estrecho, lo que se vio agravado con el terremoto de 1822 que dejó la construcción en condiciones ruinosas y deplorables.
En 1822 el Cabildo (Municipalidad) ordena una investigación, estableciéndose que el hospital se hallaba en completo abandono, sin médicos ni botica, responsabilizándose de ello al Prior Fray V.M. Solís. En atención a los hechos se separan los religiosos hospitalarios y se inicia la administración a cargo de seglares, nombrándose un administrador y un ecónomo-tesorero.
Durante este período 1822-1832 el hospital tuvo su primer administrador laico y este fue don Francisco Fernández, sin embargo las condiciones del hospital seguían siendo difíciles y requerían con urgencia un nuevo hospital ya que las condiciones del antiguo eran insostenibles. Nadie quería hospitalizarse, pues la mitad moría; la falta de aseo y la pobreza eran espantosas, la alimentación deficiente y el Panteón estaba en el mismo patio llegando los olores hasta las salas. El personal para atender a la población que requería atención médica diaria ya los 35 hospitalizados estaba integrado por un médico, un capellán, un contador y once enfermeras y auxiliares
Debido al terremoto de 1822 y a las condiciones en que quedó la construcción, se dice que el hospital habilitó alrededor de 1830 unas piezas para enfermos en el sector Almendral de la ciudad, en una Casa de Ejercicios construido por el Marqués de la Pica
El 25 de mayo de 1832 el Cabildo de Valparaíso creó una Junta de Salud Pública compuesta por los señores Matías López (Presidente), Martín Manterola (Vice-Presidente), Andrés Blest, José Squella, Antonio Vergara, Francisco Pinto, Josué Waddington Blanchard (Cía. Guardia de Propiedad), José Piñeiro y Benito Jesús Fernández Maqueira como vocales, designando a este último como administrador.
El 3 de agosto de 1832 el Administrador Fernández propone cerrar el antiguo Hospital de la Caridad, fundamentando a la Junta de Salud: “Un establecimiento, que da resultados tan melancólicos, debe cerrarse sin entrar en más averiguaciones y en ello sin duda recibirá la humanidad un beneficio... Los apestados de viruela están en una habitación aparte, ¡ pero que habitación ! el calabozo más tenebroso de la Inquisición no podría igualar a lo en que están estos desgraciados vivientes”. A fines de 1834 es vendido junto a las casas de la calle San Juan de Dios en la suma de $ 26.391.-, a don Ramón Sepúlveda como se desprende de la sesión del 22 de enero de 1836, trasladándose definitivamente a su actual ubicación a mediados del año 1833 siendo Gobernador de Valparaíso don Diego Portales Palazuelos. El amplio predio ubicado en el Barrio del Almendral, había pertenecido al Marqués de la Pica, tomando el nombre de “Hospital de la Misericordia San Juan de Dios”. La calle principal al pie de cerro tomó el nombre de Hospital (hoy Colón) y la calle lateral san Ignacio, donde se ubicaba la plazoleta del Carmen. El proyecto de nueva construcción, se inició en 1835, y contempló salas de hospitalización, quirófanos, consultorios, cocinas, comedores, dependencias y un oratorio, que en 1851 se le concedió el título de Capilla pública del Carmen, administración que fue entregada a la congregación religiosa Hermanas de la Caridad.
Durante 1835 se hospitalizaron 350 enfermos hombres, cifra que al año siguiente aumentó a más de 1000 pacientes siendo el primer año que se recibieron mujeres. El segundo administrador, don Miguel de la Fuente (1838-1847) habilitó una sala de parturientas (maternidad), ello con el producto de un beneficio teatral, solicitando a la autoridad salas para locos y presos de ambos sexos.
En 1846 se constituyó la Junta Directiva de los establecimientos de Beneficencia de Valparaíso. El Hospital de la Caridad mantenía ya 160 camas, pero la junta informaba: “...no obstante da compasión ver el número de infelices, a quienes se les niega entrada por no haber más camas, mueren afuera de abandono y miseria”. Poco tiempo después era médico del hospital don Francisco Javier Villanueva, primer cirujano en Chile, que operaba bajo anestesia con cloroformo.
El 28 de noviembre de 1847 (sin embargo el 1º libro de actas abierto el 22 de junio de 1846 lo hace aparecer ya como administrador del hospital) sucedió a don Miguel de la Fuente el ciudadano español don José Cerveró Moxó (Cía. Guardia de Propiedad y 4ª Cía.), quien construyó un pabellón de 30 varas de largo para mujeres y para heridos, el primero de más de un piso que existieran en Valparaíso, ello con un costo total de $ 10.000.- financiado con la ayuda del gobierno que aportó el 50 % de dicho valor, además el señor Cerveró financió por un largo período con sus propios medios el sueldo de los empleados, para no tener que cerrar el hospital, ya que los gastos de mantención y funcionamiento ascendían a la suma de $ 20.849.- y los ingresos sólo de $ 15.146.- Esta situación se repitió cuando fue administrador don Carlos Van Buren Vallejo (3ª Cía.) quien al igual que el señor Cerveró debió financiar de su patrimonio personal en repetidas oportunidades los costos de mantención del hospital.
El señor Cerveró se hizo cargo también del Lazareto ubicado en el cerro del Barón
El organizador de los servicios médicos del hospital fue el doctor Francisco Javier Villanueva, incorporado al servicio el año 1840 y cuyo óleo, obsequio de sus colegas en 1889, se encuentra en la sala de reuniones clínicas de ese centro médico.
El ex-Intendente y Comandante General de Marina de Valparaíso (1856 -1858), Domingo Espiñeira Riesco, muy vinculado con la 3ª Cía. y padre del joven bombero Domingo 2º Espiñeira Ortúzar (3ª Cía.) a raíz de cuya muerte en plena revolución de 1859 se originó la tradición de enterrar a los bomberos en funerales nocturnos, ocupó con don José Cerveró Moxó alternativamente la Administración del Hospital o reemplazándolo; es así que aparece como Administrador del Hospital en 1852 reparando los destrozos provocados por el terremoto del 2 de abril de 1850. Entre 1853 y 1855 vuelve el señor Cerveró, siendo reemplazado a finales de 1858 hasta 1859, por el señor Espiñeira quien debe vender los terrenos donde estuvo la Iglesia de San Juan de Dios, para poder pagar las deudas impagas con la botica por casi tres años. También propone a la Junta de Beneficencia un aumento de 50 centavos diarios como derecho de hospitalización al Gremio de Jornaleros y a los Militares, solicitud que fue aprobada.
Gracias a la colaboración del Padre Benech, al terminar 1858 logra de Francia incorporar a las tareas humanitarias del hospital a las Hermanas de Caridad (por ello también el Hospital es conocido como “Hospital de la Caridad”). Esto se concreta el 1º de febrero de 1860 cuando llega el grupo de Religiosas a cargo de la Hermana Sofía Hermant. En esa época estaba a cargo como Administrador del Hospital, don Juan Stüven (1859-1863).
Durante su administración y gracias a la valiosa ayuda del Intendente de la Provincia don Cornelio Saavedra y al Alcalde de la ciudad se recolectan $ 30.000.- pesos los que se utilizan en una nueva construcción de dos pisos; se construyen habitaciones especiales para las Hermanas de la Caridad, lo mismo que para los Capellanes. Todo el hospital es refaccionado y pintado, se aumenta el número de camas las que son cambiadas de madera por metal, se incorporan además mesitas de velador y se crea una botica a cargo de dos Hermanas de la Caridad.
El sucesor del señor Stüven, fue el ciudadano peruano don Blas Cuevas “El amigo de los Pobres” como se le conocía; según uno de sus biógrafos gozaba sacrificando su fortuna y su tiempo en hacer el bien, logró muchos adelantos para el hospital, de su peculio avanzó fondos para pagar deudas del hospital. Obtuvo de don Juan José González de Hontaneda un legado de $ 300.000.- pesos para el hospital el que le fue otorgado por éste en su testamento.
En 1865 con la ayuda del Intendente don Ramón Lira y del parlamentario señor Nicolás Schutt obtuvo el despacho de un proyecto de ley que establecía un impuesto de 10 centavos por tonelada a todo buque que arribara a puerto a beneficio del hospital. Con ello terminó la construcción de dos grandes salas (San Blas y San Agustín).
Blas Cuevas fallece el 18 de marzo de 1870 generando un duelo público para la ciudad, pues desaparecía con él “el mejor vecino y el primer ciudadano de Valparaíso”. “Las Hermanas de la caridad lo lloraban como a un padre”, dice Martín y Manero. Sus numerosos amigos, deseando perpetuar su recuerdo y su inagotable caridad le erigieron un busto, que fue colocado en el patio principal del hospital.
A continuación tuvo la administración del hospital entre el 18 de marzo de 1870 y el 15 de mayo de 1872, don José Salamanca (10ª Cía.) quien había sido Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso en 1866. El señor Salamanca construye las salas de la sección Cirugía, vecinas al cerro, siendo su obra más importante la instalación del primer sistema de alcantarillado con que contó el hospital y que mediante un sistema de cañerías de fierro conducía las aguas servidas al Estero de Jaime (hoy Avda. Francia). Se reglamentó el ingreso al hospital de enfermos y visitas.
El 15 de mayo de 1872 toma la administración don Enrique Lyon, casado con la señora Teodolina Lamarca de cuya unión no hubo descendencia. En 1875 da inicio a un amplio plan de reedificación aprovechando el legado de $ 300.000.- pesos dejado por don Juan José González de Hontaneda y el apoyo permanente del Intendente don Francisco Echaurren García-Huidobro. Mejoró considerablemente el sistema de alcantarillado del hospital incorporando excusados en los diversos departamentos con un costo de $ 8.000.- pesos. Introdujo un sistema de abastecimiento de agua potable mediante la construcción de dos pozos a los que se les proveyó de bombas extractoras y cañerías con un costo de $ 5.000.- pesos, incorporó un sistema de desagüe para materias fecales, las que se depositaban en unos barriles y eran llevados a la playa y vaciados al mar cada 4 u 8 días.
Contrata al arquitecto John Duncan Livingston (1ª Cía. Hachas, Ganchos y Escaleras) para dirigir los trabajos de construcción de la parte interior del establecimiento, que se hizo de ladrillo las murallas y fierro galvanizado los techos (hasta entonces todos los techos eran de tejas). Para la pintura y decoración toma los servicios del artista y pintor Sullivan. El costo total de los 2.400 m2 fue de $ 140.000.- pesos. En 1872 forma la biblioteca para enfermos y se construye un cuarto para efectuar las autopsias.
Según la Memoria del Estadístico del hospital, don Juan Riso-Patrón fechada en mayo de 1876, en ella informaba que la Capilla contenía los restos del capellán, Rvdo. Carlos Gillet, muerto en 1867. Tenían una cocina donde se hacía de comer para más de quinientas personas, servida por un cocinero mayor y tres ayudantes. El alumbrado se hacía a gas. Los médicos tenían un sueldo anual entre ochocientos y cuatrocientos pesos, los practicantes ganaban entre cuatrocientos veinte y doscientos sesenta pesos y otros llamados oficiales probablemente ayudantes de practicantes, percibían ciento ochenta pesos anuales. El velador mayor, don Francisco Yáñez, ganaba trescientos sesenta pesos y otros siete veladores ciento veinte pesos cada uno. El sueldo menor era de ochenta pesos anuales, correspondiente a dos mozos de bombas y “lugares”.
Entre la nómina de médicos aparecen entre otros, el Dr. Agustín Nataniel Cox, médico inglés, profesor de cirugía y fundador de la Escuela de Medicina en Santiago, y padre de don Nataniel Cox Bustillos, fundador de la 1ª Compañía de Valparaíso que años más tarde, el 8 de diciembre de 1879 se incorporó como Director a la 5ª Compañía de Bomberos de Santiago. El Dr. Víctor Pretot (5ª Cía.) fue el primer médico de la Pompe France, casado con Carolina Freire, hija del Prócer de la Independencia, General don Ramón Freire; sus hijos Víctor Pretot Freire (ingeniero) y Roberto Pretot Freire (comerciante) se incorporaron posteriormente a la “Tercera”.
Dr. Ramón Allende Padín (2ª Cía. Esmeralda de Santiago), abuelo del Presidente de la República (1970-1973) Dr. Salvador Allende Gossens.
El señor Lyon muere a fines de febrero de 1879 y en su reemplazo es elegido el 3 de marzo del mismo año don Arturo Lyon, quien no aceptó el cargo, siendo nombrado en su reemplazo el 17 de marzo don Mariano Casanova, Gobernador Eclesiástico de Valparaíso. Su labor fue muy importante pues, con las erogaciones obtenidas del vecindario habilitó cinco salas para atender a los heridos de guerra, cuyo costo diario por herido era de 50 centavos. Durante tres años (1879-1881) don Agustín R. Edwards Ross (1ª Cía.) financia la mantención de las salas de militares heridos de guerra; posteriormente se hizo cargo la Beneficencia Pública, para lo cual se aprobó un presupuesto anual de $ 4.464.- pesos.
El doctor Adolfo Reccius E. (2ª Cía.) en su libro “Historia de un Hospital del Puerto” señala que a partir de 1883 recibe el nombre de “Hospital San Juan de Dios”. Ese mismo año, por renuncia del señor Casanova, el 8 de noviembre se nombró administrador al señor Rodríguez Velasco, quien en 1887 incorpora el presupuesto para financiar un médico residente. Para ello la Honorable Junta de Beneficencia redacta un reglamento, nombrando el 7 de febrero de 1889 como primer médico residente al Dr. Emilio Rodríguez. Por renuncia de este en abril del mismo año es nombrado el Dr. Maximiliano Bañados. Suceden más tarde a éste los Drs. Enrique Deformes y Jorge Valenzuela Carrasco.
En octubre de 1891 se hizo cargo de la administración del hospital don Santiago Lyon, gestión que se extiende hasta 1911.
En diciembre de 1892, a indicación del administrador se aprueba la idea de hacer un curso gratuito a los practicantes, lo que se constituirá en adelante en una obligación expresa del médico residente. Este propósito original del Dr. Enrique Deformes, quedó establecido en un reglamento que fue aprobado en enero de 1895 y que señalaba que los alumnos de este curso tendrían preferencia para ocupar puesto en el hospital.
Respecto a los enfermos incurables la Junta acuerda trasladarlos al Lazareto del cerro del Barón
En este mismo año se establece un policlínico de ginecología. Independiente, ya que el hospital rechazaba una veintena de enfermos diariamente por falta de camas. La población de Valparaíso se calculaba en 140.000 habitantes. Se debe considerar que a la fecha aun no funcionaba el Hospital de San Agustín (más tarde Hospital Enrique Deformes) ubicado en la manzana de Avda. Argentina, Pedro Montt, Rawson, Enrique Deformes y Chillán, donde hoy se encuentra el edificio del Congreso Nacional.
En 1902 en el presupuesto del Hospital San Juan de Dios figura una partida de $ 15.000.- pesos que éste debe entregar al Hospital San Agustín, que se ha hecho cargo de la sección mujeres del hospital.
En 1905 el señor Rodríguez Velasco organiza el primer laboratorio clínico para el hospital, el que fue atendido por el Dr. Osvaldo Morales Serrano. Este laboratorio fue destruido por el terremoto de 1906 y sólo diez años más tarde fue reconstruído. Tanto el hospital como la iglesia fueron reemplazados por otra construcción después del terremoto de 1906.
Los informes de la época dan cuenta de la notable actuación que le cupo durante el terremoto al médico residente Dr. Silvano Sepúlveda que se encontraba de turno en el hospital a esa hora, y que permaneció por espacio de ocho días sin salir del establecimiento organizando la atención y cuidado de los enfermos hospitalizados y de los heridos llegados producto del sismo. Como premio a su abnegada actuación el Dr. Sepúlveda fue enviado más tarde a Europa por la Honorable Junta de Beneficencia con goce de sueldo y pasaje pagado, comisionándole estudiar lo relacionado con los primeros auxilios en accidentes callejeros, organización hospitalaria y de una escuela de Enfermería.
También el hospital recibió el apoyo de los médicos de la Armada Drs. Luis A. Figueroa y Abel Santelices, los que fueron una valiosa ayuda en la atención a los heridos que llegaban por miles. Posteriormente la Honorable Junta de Beneficencia envió una nota a la Dirección General de la Armada encomiando los servicios prestados al hospital por dichos médicos.
De Santiago llegó una delegación de la Cruz Roja junto a un grupo de médicos, entre los cuales se destacan a los doctores González Olate (bombero de la 6ª Cía. de Santiago), Carlos López López, de nacionalidad boliviana y los estudiantes de medicina señores Julio Moscoso, Rómulo Romero y Horacio Rodríguez Jorquera (padre del actual voluntario de la 9ª Cía. de Valparaíso, M.H.D.G. y ex Superintendente don Horacio Rodríguez Mc.Kenna). Esta avanzada sanitaria llegó a cargo del médico cirujano Manuel Torres Boonen, quien fuera destacado servidor de la 5ª Cía. de la capital, y se puso inmediatamente a las órdenes del activo doctor José Grossi de Valparaíso. Una vez titulado como Médico Cirujano en la Universidad de Chile de Santiago en 1911, el doctor Rodríguez Jorquera se incorporó al Ejército con el grado de Teniente de Sanidad, siendo su primera destinación al histórico Regimiento Buin. Luego es trasladado al Regimiento Maipo de Playa Ancha en Valparaíso, incorporándose al Hospital San Juan de Dios de ese puerto; de ello da cuenta la Memoria de 1918. En 1913 es ascendido al grado de Capitán y trasladado por un breve período al Regimiento Yungay de San Felipe, volviendo de nuevo al Regimiento Maipo donde cumple funciones en la Asistencia Pública de la ciudad hasta su fallecimiento en noviembre de 1919.
En 1910 fueron aprobados los planos presentados por el ingeniero don Enrique Middleton para la reconstrucción del hospital.
El 25 de junio de 1907 se incorpora al servicio del hospital en calidad de Sub-Administrador el señor don Carlos Van Buren Vallejo (3ª Cía.), quien pasa a ser administrador en 1911, siendo ratificado en su cargo el 2 de julio de 1912. A pesar de haber transcurrido cinco años del terremoto, el hospital aún se encontraba en ruinas, por lo que el señor Van Buren reconstruyó ocho salas, con sus correspondientes baños anexos, poniendo a cada una de ellas el nombre de los benefactores, como Blas Cuevas, Juan José González de Hontaneda, Enrique Lyon, Agustín R. Edwards Ross (1ª Cía.) y otros. Construyó el pabellón “Onofre Sotomayor” de operaciones especiales para cirugía de urgencia, edificó y equipó el Policlínico, la Morgue, el Laboratorio Clínico y un local para baños medicinales con veinte baños de tina y duchas; reacondicionó la Lavandería dotándola de las instalaciones necesarias, construyó salitas de aislamiento. Reparó las seis barracas o galpones construidos en el cerro en 1879 para atender a los heridos de la Guerra del Pacífico. Levantó el edificio del nuevo Pensionado. Dotó de amoblado e instrumental los servicios de cirugía. Instaló Rayos X. Todas estas obras fueron inauguradas el 15 de julio de 1916.
Todo esto lo realizó con ayuda del Estado y del Municipio, pero principalmente con sus propios recursos económicos.
El 1º de julio de 1919 se inaugura el Servicio de Anatomía Patológica del hospital, siendo nombrado anátomo-patólogo el doctor Alberto Koch Kreft (2ª Cía.). El 21 del mismo mes, es inaugurado el Laboratorio Clínico en su nuevo edificio, Jefe y fundador de este servicio es nombrado el mismo doctor Koch Kreft.
El día 12 de septiembre de 1921, presentó su renuncia por considerar que su programa trazado había sido cumplido. Con ocasión de su retiro y en premio a sus calificados servicios fue nombrado Director Honorario del Hospital y se le otorgó el título de “Miembro Vitalicio” de la Honorable Junta de Beneficencia de Valparaíso. Se considera su administración como la “Edad de Oro del Hospital”, poniéndole su nombre al nuevo Pensionado y al Policlínico.
Al dejar la Administración don Carlos Van Buren Vallejo le sucede en el cargo don Carlos David Finlay Montenegro (3ª Cía.), quien desarrolla una importante labor, entre otras, instaurando por acuerdo de la H. Junta de Beneficencia el 11 de octubre de 1921 el primer “Consejo Técnico del Hospital” integrado por cinco médicos entre los cuales se destacan los doctores Alberto Koch Kreft (2ª Cía.) y Carlos Cuevas Fernández (4ª Cía.). Este último destacado Cirujano de Compañía a partir de 1925, designado Alcalde de Viña del Mar en 1943 por el entonces Presidente de la República don Juan Antonio Ríos; en 1950 es nombrado Jefe de la IV Zona Hospitalaria, para culminar su brillante carrera en el servicio público en la misma década del cincuenta como Diputado por Valparaíso.
El señor Finlay obtiene en 1921 del Directorio del Hospital Anglo-Chileno de Londres, por intermedio de don Agustín Edwards Mc.Clure la donación de gran parte del mobiliario y equipos para el nuevo pensionado.
El señor Finlay deja su puesto el 22 de noviembre de 1925, asumiendo como Administrador el doctor Silvano Sepúlveda.
El Director Honorario señor Carlos Van Buren Vallejo fallece el 25 de abril de 1929. El 8 de mayo la Honorable Junta de Beneficencia celebra una sesión solemne en su homenaje. Fue con este motivo que a propuesta de la H. Junta, el Ministerio de Bienestar Social (hoy Ministerio de Salud) por decreto Nº 974 del 24 de mayo de 1929 dispuso que en adelante el hospital “San Juan de Dios” se denominara “Carlos Van Buren”. El testamento del señor Van Buren es un modelo de filantropía, en él se lega al hospital $ 250.000.-; $ 250.000.- más para la Clínica de Ojos y $ 600.000.- para la Escuela de Enfermeras anexas al hospital, con la que tanto soñó. Esto es sólo para el hospital, pues a otras instituciones de beneficencia tanto de Valparaíso como Copiapó también entregó su aporte entre las cueles se encontraban el Cuerpo de Bomberos, Instituciones Deportivas, Bibliotecas, Habitaciones Obreras, Escuelas.
En agosto de 1932 es nombrado Director el doctor Rubén Fernández Barragán, que desde 1927 ocupaba el cargo de Sub-Director Técnico. Desde esa fecha los Administradores pasan a ser Directores y deben ser Médicos.
A partir de 1936 se creó una sección de cirugía para mujeres con dos salas en la parte alta, y con capacidad para sesenta camas. Esta nueva sección está a cargo del doctor Rudecindo de la Fuente A. Con ello se logra que después de muchos años, nuevamente el hospital atenderá mujeres, con lo que el hospital vuelve a ser mixto, como lo fuere en sus inicios en el local de calle Colón (1836).
En 1936 el Consejo Técnico del hospital designó un comité de redacción para publicar las “Clínicas del Hospital Carlos Van Buren”, el que quedó integrado por los doctores Carlos Schwarzenberg, Oscar Zunzunegui, Samuel Avendaño, Ernesto Figueroa y Hernán Apablaza y secretarios de redacción fueron designados los doctores Jorge Alvayay y Alejandro Mesa. Entre febrero y marzo de ese año se publican cuatro números de la nueva revista médica; muy pronto esta publicación se refunde con otras publicaciones similares para dar vida a la “Prensa Médica”, órgano oficial de la Federación de Médicos de Aconcagua (Valparaíso), de la IV Zona Hospitalaria y de la Sociedad Médica de Valparaíso. En esta nueva publicación figuran como secretarios los doctores Alejandro Mesa, Hernán Igualt y M. Volochinsky y como secretario general el doctor Jorge Alvayay. Puede decirse que la revista “Prensa Médica” ha tenido su origen en el Hospital Carlos Van Buren.
En el año 1975 se incorpora al área administrativa del Hospital Van Buren el señor Ricardo Romero Salinas (ex-Capitán de la 2ª Cía.), quien cumple esas funciones hasta el año 1979, en que es trasladado por un corto período a la Dirección del Servicio de Salud, para ser destinado a fines de 1984 al Hospital Hanga Roa de Isla de Pascua donde por espacio de 13 años se desempeñó también en labores de coordinación administrativa siendo nombrado Sub-Director Administrativo del Hospital. Participó también activamente en el Cuerpo de Bomberos de la Isla, siendo nombrado Director de la 1ª Cía. en la lejana posición chilena. Como se puede apreciar, los bomberos han participado desde su creación en este hospital, uno de los más antiguos de Chile, que nació como Hospital de la Misericordia, pasando posteriormente a denominarse Hospital Dan Juan de Dios, para denominarse finalmente Hospital Carlos Van Buren. Valparaíso 1851 (hrm/cca)
Revisando los hitos más sobresalientes de la historia de este hospital, se puede observar que en 1744 los viajeros Jorge Juan y Antonio Ulloa vienen a Valparaíso y detectan que no existía hospital alguno en este puerto, de manera que cuando comenzaron a llegar los barcos por la vía del Cabo de Hornos, que generalmente traían algunos tripulantes enfermos, a causa de las privaciones y penurias de la larga navegación, se hizo necesario contar con un hospital para que recibieran oportuna atención.Se le pidió entonces a la orden hospitalaria de San Juan de Dios que instalara un hospital de acuerdo a lo dispuesto por la Real Cédula del 14 de agosto de 1768; en ella se asignaba un local para el hospital en la Hacienda Bocanegra, situada en el barrio del Almendral. Esta ubicación fue resistida por todos, debido a que el sector del Almendral era un lugar muy apartado de la ciudad “de tan escasa población que era temido por los caminantes”. Esta oposición originó una segunda Real Cédula del 9 de julio de 1769, en la cual se entregaba al hospital la casa que había pertenecido al antiguo colegio de los Jesuitas, detrás de la Iglesia de la Matriz en el barrio del Puerto. Esta propiedad había sido cedida al Convento de Santo Domingo el año 1767 por el Presidente don Diego González Montero, y se encontraba en tan pésimo estado de conservación, que siendo destinada a habitación de los curas de la Matriz, estos rehusaron aceptarla.
Los padres Dominicos poseían además una gran propiedad ocupada por un hospicio y capilla en el sector de la Quebrada de Elías (hoy Ricardo Cumming) y unas bodegas (que guardaban mercadería en tránsito) en una quebrada denominada después San Juan de Dios y hoy Avenida San Juan de Dios, a continuación de la actual subida Ecuador. Los terrenos comprendían desde el cerro de la Concepción hasta el cerro Bellavista. El sector del hospicio y la capilla se vieron afectados por un incendio el 1º de enero de 1772; luego, con la ayuda del benefactor, el maestre de campo don Lucas Veas Durán, se inicia la reconstrucción del convento el cual es ofrecido antes de concluir su construcción, en permuta para el hospital, a cambio del antiguo colegio de los Jesuitas, en la parte posterior de la iglesia de la Matriz.
Algunos historiadores señalan que el hospital fue bautizado con el nombre de “Hospital de la Misericordia”, y habría sido fundado el 18 de noviembre de 1772, bajo el reinado de Carlos III de España (1716-1788), por un Auto de la Junta de Temporalidades.
Sin embargo se sabe que el Gobernador de la Plaza, don Juan Francisco de la Riva Herrera, pide a la Real Junta de Temporalidades una permuta de los terrenos señalados, ya que el de la Quebrada de Elías poseía Capilla y edificios fácilmente adaptables para el objeto y agua dulce permanente; estaba además “a competente altura y más inmediato a la margen del mar para recibir los enfermos que se remitan a él”, esto en atención a que en el lugar donde estuvo la antigua plaza del Orden (hoy Aníbal Pinto) existía en aquella época un embarcadero conocido como el “Muelle de Villa-Urrutia”.
Luego del informe la Junta autorizó la permuta, firmando el 23 de junio de 1777 la escritura pública la Junta de Temporalidades (Institución destinada a administrar los bienes Jesuitas que fueron dejados al ser expulsados de Chile) y el Obispo representado por un dignatario eclesiástico. A continuación el Padre Fray Luís Navedas, religioso de la orden de San Juan de Dios recibe los edificios, bodegas, tierras y demás bienes que comprenden la permuta.
En el mismo documento de fecha 23 de junio de 1777 el Capitán General don Agustín de Jáuregui dispone la fundación del Hospital en el mismo lugar de la Quebrada de Elías, por ello esta fecha podría tomarse como el inicio y creación del Hospital, siendo su fundador y primer administrador el Hermano Hospitalario Prior o Director de San Juan de Dios, Fray José Zenteno (Zenzano).
En el acta quedaba establecido que los soldados de la guarnición y los tripulantes de los barcos mercantes deberían pagar derechos por su hospitalización y que si los recursos lo permitían se podría atender a mujeres. También se indicaba que el Hospital quedaría a cargo de los Hermanos Hospitalarios, religiosos de la Orden de San Juan de Dios.
La Real Audiencia puso en conocimiento de S.M. en España el cambio de ubicación acordado el 15 de septiembre de 1781, y siendo urgente la apertura del hospital, aceptó por oficio del 14 de septiembre de 1782, la proposición de los Hermanos Hospitalarios para abrir una “Enfermería Provisional” en el sitio designado, acordándose los fondos necesarios para ello, y haciéndose efectiva la apertura de la Enfermería a principios de 1783.
La respuesta del Rey aprobando lo obrado fue firmada en Madrid el 19 de diciembre de 1786, llegando a Santiago un año más tarde, de lo cual se puede deducir que el Hospital de la Misericordia conocido también como “Hospital San Juan de Dios”, nombre dispuesto por el Teniente Coronel, Gobernador Político y Militar de Valparaíso don José Salvador, se abrió a fines de ese año o a principios de 1788. La Real Cédula asignó además a los Hermanos de San Juan de Dios entre otras rentas el “Derecho de Aguada”, gracias a la cesión de las aguas de las vertientes del cerro Bellavista que les hizo Lucas Veas Durán, para que las utilizaran en sus necesidades y las vendieran para las aguadas de los buques que llegaban al puerto. Esta franquicia la conservaron durante toda la Colonia y hasta después de la Independencia.
En la sala de Dirección del Hospital puede leerse en su original el siguiente documento:
“Santiago, Octubre 5 de 1787.-
“Guárdese y cúmplase la Real Cédula de SM. dada en Madrid a 19 de Diciembre de 1786”, con respecto a que en el principal se ha dado la providencia que corresponde; archívese en duplicado donde convenga.
Señor Presidente de la Real Audiencia de Chile.- remito a VS. de orden del Rey la Real Cédula aprobatoria de la erección de un Hospital en el Puerto de Valparaíso a cargo de los religiosos de San Juan de Dios, para que VS. le dé el curso correspondiente, Dios guarde a VS. muchos años.
El Pardo, a 6 de Marzo de 1787.
Instalada la República, sobrevienen cambios administrativos en la institución y en el hospital. La edificación era miserable y los recursos escasos a tal extremo que se cuenta que los enfermos, apenas convalecientes, salían por los alrededores a pedir limosna y alimentos. Con el tiempo el local se fue haciendo estrecho, lo que se vio agravado con el terremoto de 1822 que dejó la construcción en condiciones ruinosas y deplorables.
En 1822 el Cabildo (Municipalidad) ordena una investigación, estableciéndose que el hospital se hallaba en completo abandono, sin médicos ni botica, responsabilizándose de ello al Prior Fray V.M. Solís. En atención a los hechos se separan los religiosos hospitalarios y se inicia la administración a cargo de seglares, nombrándose un administrador y un ecónomo-tesorero.
Durante este período 1822-1832 el hospital tuvo su primer administrador laico y este fue don Francisco Fernández, sin embargo las condiciones del hospital seguían siendo difíciles y requerían con urgencia un nuevo hospital ya que las condiciones del antiguo eran insostenibles. Nadie quería hospitalizarse, pues la mitad moría; la falta de aseo y la pobreza eran espantosas, la alimentación deficiente y el Panteón estaba en el mismo patio llegando los olores hasta las salas. El personal para atender a la población que requería atención médica diaria ya los 35 hospitalizados estaba integrado por un médico, un capellán, un contador y once enfermeras y auxiliares
Debido al terremoto de 1822 y a las condiciones en que quedó la construcción, se dice que el hospital habilitó alrededor de 1830 unas piezas para enfermos en el sector Almendral de la ciudad, en una Casa de Ejercicios construido por el Marqués de la Pica
El 25 de mayo de 1832 el Cabildo de Valparaíso creó una Junta de Salud Pública compuesta por los señores Matías López (Presidente), Martín Manterola (Vice-Presidente), Andrés Blest, José Squella, Antonio Vergara, Francisco Pinto, Josué Waddington Blanchard (Cía. Guardia de Propiedad), José Piñeiro y Benito Jesús Fernández Maqueira como vocales, designando a este último como administrador.
El 3 de agosto de 1832 el Administrador Fernández propone cerrar el antiguo Hospital de la Caridad, fundamentando a la Junta de Salud: “Un establecimiento, que da resultados tan melancólicos, debe cerrarse sin entrar en más averiguaciones y en ello sin duda recibirá la humanidad un beneficio... Los apestados de viruela están en una habitación aparte, ¡ pero que habitación ! el calabozo más tenebroso de la Inquisición no podría igualar a lo en que están estos desgraciados vivientes”. A fines de 1834 es vendido junto a las casas de la calle San Juan de Dios en la suma de $ 26.391.-, a don Ramón Sepúlveda como se desprende de la sesión del 22 de enero de 1836, trasladándose definitivamente a su actual ubicación a mediados del año 1833 siendo Gobernador de Valparaíso don Diego Portales Palazuelos. El amplio predio ubicado en el Barrio del Almendral, había pertenecido al Marqués de la Pica, tomando el nombre de “Hospital de la Misericordia San Juan de Dios”. La calle principal al pie de cerro tomó el nombre de Hospital (hoy Colón) y la calle lateral san Ignacio, donde se ubicaba la plazoleta del Carmen. El proyecto de nueva construcción, se inició en 1835, y contempló salas de hospitalización, quirófanos, consultorios, cocinas, comedores, dependencias y un oratorio, que en 1851 se le concedió el título de Capilla pública del Carmen, administración que fue entregada a la congregación religiosa Hermanas de la Caridad.
Durante 1835 se hospitalizaron 350 enfermos hombres, cifra que al año siguiente aumentó a más de 1000 pacientes siendo el primer año que se recibieron mujeres. El segundo administrador, don Miguel de la Fuente (1838-1847) habilitó una sala de parturientas (maternidad), ello con el producto de un beneficio teatral, solicitando a la autoridad salas para locos y presos de ambos sexos.
En 1846 se constituyó la Junta Directiva de los establecimientos de Beneficencia de Valparaíso. El Hospital de la Caridad mantenía ya 160 camas, pero la junta informaba: “...no obstante da compasión ver el número de infelices, a quienes se les niega entrada por no haber más camas, mueren afuera de abandono y miseria”. Poco tiempo después era médico del hospital don Francisco Javier Villanueva, primer cirujano en Chile, que operaba bajo anestesia con cloroformo.
El 28 de noviembre de 1847 (sin embargo el 1º libro de actas abierto el 22 de junio de 1846 lo hace aparecer ya como administrador del hospital) sucedió a don Miguel de la Fuente el ciudadano español don José Cerveró Moxó (Cía. Guardia de Propiedad y 4ª Cía.), quien construyó un pabellón de 30 varas de largo para mujeres y para heridos, el primero de más de un piso que existieran en Valparaíso, ello con un costo total de $ 10.000.- financiado con la ayuda del gobierno que aportó el 50 % de dicho valor, además el señor Cerveró financió por un largo período con sus propios medios el sueldo de los empleados, para no tener que cerrar el hospital, ya que los gastos de mantención y funcionamiento ascendían a la suma de $ 20.849.- y los ingresos sólo de $ 15.146.- Esta situación se repitió cuando fue administrador don Carlos Van Buren Vallejo (3ª Cía.) quien al igual que el señor Cerveró debió financiar de su patrimonio personal en repetidas oportunidades los costos de mantención del hospital.
El señor Cerveró se hizo cargo también del Lazareto ubicado en el cerro del Barón
El organizador de los servicios médicos del hospital fue el doctor Francisco Javier Villanueva, incorporado al servicio el año 1840 y cuyo óleo, obsequio de sus colegas en 1889, se encuentra en la sala de reuniones clínicas de ese centro médico.
El ex-Intendente y Comandante General de Marina de Valparaíso (1856 -1858), Domingo Espiñeira Riesco, muy vinculado con la 3ª Cía. y padre del joven bombero Domingo 2º Espiñeira Ortúzar (3ª Cía.) a raíz de cuya muerte en plena revolución de 1859 se originó la tradición de enterrar a los bomberos en funerales nocturnos, ocupó con don José Cerveró Moxó alternativamente la Administración del Hospital o reemplazándolo; es así que aparece como Administrador del Hospital en 1852 reparando los destrozos provocados por el terremoto del 2 de abril de 1850. Entre 1853 y 1855 vuelve el señor Cerveró, siendo reemplazado a finales de 1858 hasta 1859, por el señor Espiñeira quien debe vender los terrenos donde estuvo la Iglesia de San Juan de Dios, para poder pagar las deudas impagas con la botica por casi tres años. También propone a la Junta de Beneficencia un aumento de 50 centavos diarios como derecho de hospitalización al Gremio de Jornaleros y a los Militares, solicitud que fue aprobada.
Gracias a la colaboración del Padre Benech, al terminar 1858 logra de Francia incorporar a las tareas humanitarias del hospital a las Hermanas de Caridad (por ello también el Hospital es conocido como “Hospital de la Caridad”). Esto se concreta el 1º de febrero de 1860 cuando llega el grupo de Religiosas a cargo de la Hermana Sofía Hermant. En esa época estaba a cargo como Administrador del Hospital, don Juan Stüven (1859-1863).
Durante su administración y gracias a la valiosa ayuda del Intendente de la Provincia don Cornelio Saavedra y al Alcalde de la ciudad se recolectan $ 30.000.- pesos los que se utilizan en una nueva construcción de dos pisos; se construyen habitaciones especiales para las Hermanas de la Caridad, lo mismo que para los Capellanes. Todo el hospital es refaccionado y pintado, se aumenta el número de camas las que son cambiadas de madera por metal, se incorporan además mesitas de velador y se crea una botica a cargo de dos Hermanas de la Caridad.
El sucesor del señor Stüven, fue el ciudadano peruano don Blas Cuevas “El amigo de los Pobres” como se le conocía; según uno de sus biógrafos gozaba sacrificando su fortuna y su tiempo en hacer el bien, logró muchos adelantos para el hospital, de su peculio avanzó fondos para pagar deudas del hospital. Obtuvo de don Juan José González de Hontaneda un legado de $ 300.000.- pesos para el hospital el que le fue otorgado por éste en su testamento.
En 1865 con la ayuda del Intendente don Ramón Lira y del parlamentario señor Nicolás Schutt obtuvo el despacho de un proyecto de ley que establecía un impuesto de 10 centavos por tonelada a todo buque que arribara a puerto a beneficio del hospital. Con ello terminó la construcción de dos grandes salas (San Blas y San Agustín).
Blas Cuevas fallece el 18 de marzo de 1870 generando un duelo público para la ciudad, pues desaparecía con él “el mejor vecino y el primer ciudadano de Valparaíso”. “Las Hermanas de la caridad lo lloraban como a un padre”, dice Martín y Manero. Sus numerosos amigos, deseando perpetuar su recuerdo y su inagotable caridad le erigieron un busto, que fue colocado en el patio principal del hospital.
A continuación tuvo la administración del hospital entre el 18 de marzo de 1870 y el 15 de mayo de 1872, don José Salamanca (10ª Cía.) quien había sido Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso en 1866. El señor Salamanca construye las salas de la sección Cirugía, vecinas al cerro, siendo su obra más importante la instalación del primer sistema de alcantarillado con que contó el hospital y que mediante un sistema de cañerías de fierro conducía las aguas servidas al Estero de Jaime (hoy Avda. Francia). Se reglamentó el ingreso al hospital de enfermos y visitas.
El 15 de mayo de 1872 toma la administración don Enrique Lyon, casado con la señora Teodolina Lamarca de cuya unión no hubo descendencia. En 1875 da inicio a un amplio plan de reedificación aprovechando el legado de $ 300.000.- pesos dejado por don Juan José González de Hontaneda y el apoyo permanente del Intendente don Francisco Echaurren García-Huidobro. Mejoró considerablemente el sistema de alcantarillado del hospital incorporando excusados en los diversos departamentos con un costo de $ 8.000.- pesos. Introdujo un sistema de abastecimiento de agua potable mediante la construcción de dos pozos a los que se les proveyó de bombas extractoras y cañerías con un costo de $ 5.000.- pesos, incorporó un sistema de desagüe para materias fecales, las que se depositaban en unos barriles y eran llevados a la playa y vaciados al mar cada 4 u 8 días.
Contrata al arquitecto John Duncan Livingston (1ª Cía. Hachas, Ganchos y Escaleras) para dirigir los trabajos de construcción de la parte interior del establecimiento, que se hizo de ladrillo las murallas y fierro galvanizado los techos (hasta entonces todos los techos eran de tejas). Para la pintura y decoración toma los servicios del artista y pintor Sullivan. El costo total de los 2.400 m2 fue de $ 140.000.- pesos. En 1872 forma la biblioteca para enfermos y se construye un cuarto para efectuar las autopsias.
Según la Memoria del Estadístico del hospital, don Juan Riso-Patrón fechada en mayo de 1876, en ella informaba que la Capilla contenía los restos del capellán, Rvdo. Carlos Gillet, muerto en 1867. Tenían una cocina donde se hacía de comer para más de quinientas personas, servida por un cocinero mayor y tres ayudantes. El alumbrado se hacía a gas. Los médicos tenían un sueldo anual entre ochocientos y cuatrocientos pesos, los practicantes ganaban entre cuatrocientos veinte y doscientos sesenta pesos y otros llamados oficiales probablemente ayudantes de practicantes, percibían ciento ochenta pesos anuales. El velador mayor, don Francisco Yáñez, ganaba trescientos sesenta pesos y otros siete veladores ciento veinte pesos cada uno. El sueldo menor era de ochenta pesos anuales, correspondiente a dos mozos de bombas y “lugares”.
Entre la nómina de médicos aparecen entre otros, el Dr. Agustín Nataniel Cox, médico inglés, profesor de cirugía y fundador de la Escuela de Medicina en Santiago, y padre de don Nataniel Cox Bustillos, fundador de la 1ª Compañía de Valparaíso que años más tarde, el 8 de diciembre de 1879 se incorporó como Director a la 5ª Compañía de Bomberos de Santiago. El Dr. Víctor Pretot (5ª Cía.) fue el primer médico de la Pompe France, casado con Carolina Freire, hija del Prócer de la Independencia, General don Ramón Freire; sus hijos Víctor Pretot Freire (ingeniero) y Roberto Pretot Freire (comerciante) se incorporaron posteriormente a la “Tercera”.
Dr. Ramón Allende Padín (2ª Cía. Esmeralda de Santiago), abuelo del Presidente de la República (1970-1973) Dr. Salvador Allende Gossens.
El señor Lyon muere a fines de febrero de 1879 y en su reemplazo es elegido el 3 de marzo del mismo año don Arturo Lyon, quien no aceptó el cargo, siendo nombrado en su reemplazo el 17 de marzo don Mariano Casanova, Gobernador Eclesiástico de Valparaíso. Su labor fue muy importante pues, con las erogaciones obtenidas del vecindario habilitó cinco salas para atender a los heridos de guerra, cuyo costo diario por herido era de 50 centavos. Durante tres años (1879-1881) don Agustín R. Edwards Ross (1ª Cía.) financia la mantención de las salas de militares heridos de guerra; posteriormente se hizo cargo la Beneficencia Pública, para lo cual se aprobó un presupuesto anual de $ 4.464.- pesos.
El doctor Adolfo Reccius E. (2ª Cía.) en su libro “Historia de un Hospital del Puerto” señala que a partir de 1883 recibe el nombre de “Hospital San Juan de Dios”. Ese mismo año, por renuncia del señor Casanova, el 8 de noviembre se nombró administrador al señor Rodríguez Velasco, quien en 1887 incorpora el presupuesto para financiar un médico residente. Para ello la Honorable Junta de Beneficencia redacta un reglamento, nombrando el 7 de febrero de 1889 como primer médico residente al Dr. Emilio Rodríguez. Por renuncia de este en abril del mismo año es nombrado el Dr. Maximiliano Bañados. Suceden más tarde a éste los Drs. Enrique Deformes y Jorge Valenzuela Carrasco.
En octubre de 1891 se hizo cargo de la administración del hospital don Santiago Lyon, gestión que se extiende hasta 1911.
En diciembre de 1892, a indicación del administrador se aprueba la idea de hacer un curso gratuito a los practicantes, lo que se constituirá en adelante en una obligación expresa del médico residente. Este propósito original del Dr. Enrique Deformes, quedó establecido en un reglamento que fue aprobado en enero de 1895 y que señalaba que los alumnos de este curso tendrían preferencia para ocupar puesto en el hospital.
Respecto a los enfermos incurables la Junta acuerda trasladarlos al Lazareto del cerro del Barón
En este mismo año se establece un policlínico de ginecología. Independiente, ya que el hospital rechazaba una veintena de enfermos diariamente por falta de camas. La población de Valparaíso se calculaba en 140.000 habitantes. Se debe considerar que a la fecha aun no funcionaba el Hospital de San Agustín (más tarde Hospital Enrique Deformes) ubicado en la manzana de Avda. Argentina, Pedro Montt, Rawson, Enrique Deformes y Chillán, donde hoy se encuentra el edificio del Congreso Nacional.
En 1902 en el presupuesto del Hospital San Juan de Dios figura una partida de $ 15.000.- pesos que éste debe entregar al Hospital San Agustín, que se ha hecho cargo de la sección mujeres del hospital.
En 1905 el señor Rodríguez Velasco organiza el primer laboratorio clínico para el hospital, el que fue atendido por el Dr. Osvaldo Morales Serrano. Este laboratorio fue destruido por el terremoto de 1906 y sólo diez años más tarde fue reconstruído. Tanto el hospital como la iglesia fueron reemplazados por otra construcción después del terremoto de 1906.
Los informes de la época dan cuenta de la notable actuación que le cupo durante el terremoto al médico residente Dr. Silvano Sepúlveda que se encontraba de turno en el hospital a esa hora, y que permaneció por espacio de ocho días sin salir del establecimiento organizando la atención y cuidado de los enfermos hospitalizados y de los heridos llegados producto del sismo. Como premio a su abnegada actuación el Dr. Sepúlveda fue enviado más tarde a Europa por la Honorable Junta de Beneficencia con goce de sueldo y pasaje pagado, comisionándole estudiar lo relacionado con los primeros auxilios en accidentes callejeros, organización hospitalaria y de una escuela de Enfermería.
También el hospital recibió el apoyo de los médicos de la Armada Drs. Luis A. Figueroa y Abel Santelices, los que fueron una valiosa ayuda en la atención a los heridos que llegaban por miles. Posteriormente la Honorable Junta de Beneficencia envió una nota a la Dirección General de la Armada encomiando los servicios prestados al hospital por dichos médicos.
De Santiago llegó una delegación de la Cruz Roja junto a un grupo de médicos, entre los cuales se destacan a los doctores González Olate (bombero de la 6ª Cía. de Santiago), Carlos López López, de nacionalidad boliviana y los estudiantes de medicina señores Julio Moscoso, Rómulo Romero y Horacio Rodríguez Jorquera (padre del actual voluntario de la 9ª Cía. de Valparaíso, M.H.D.G. y ex Superintendente don Horacio Rodríguez Mc.Kenna). Esta avanzada sanitaria llegó a cargo del médico cirujano Manuel Torres Boonen, quien fuera destacado servidor de la 5ª Cía. de la capital, y se puso inmediatamente a las órdenes del activo doctor José Grossi de Valparaíso. Una vez titulado como Médico Cirujano en la Universidad de Chile de Santiago en 1911, el doctor Rodríguez Jorquera se incorporó al Ejército con el grado de Teniente de Sanidad, siendo su primera destinación al histórico Regimiento Buin. Luego es trasladado al Regimiento Maipo de Playa Ancha en Valparaíso, incorporándose al Hospital San Juan de Dios de ese puerto; de ello da cuenta la Memoria de 1918. En 1913 es ascendido al grado de Capitán y trasladado por un breve período al Regimiento Yungay de San Felipe, volviendo de nuevo al Regimiento Maipo donde cumple funciones en la Asistencia Pública de la ciudad hasta su fallecimiento en noviembre de 1919.
En 1910 fueron aprobados los planos presentados por el ingeniero don Enrique Middleton para la reconstrucción del hospital.
El 25 de junio de 1907 se incorpora al servicio del hospital en calidad de Sub-Administrador el señor don Carlos Van Buren Vallejo (3ª Cía.), quien pasa a ser administrador en 1911, siendo ratificado en su cargo el 2 de julio de 1912. A pesar de haber transcurrido cinco años del terremoto, el hospital aún se encontraba en ruinas, por lo que el señor Van Buren reconstruyó ocho salas, con sus correspondientes baños anexos, poniendo a cada una de ellas el nombre de los benefactores, como Blas Cuevas, Juan José González de Hontaneda, Enrique Lyon, Agustín R. Edwards Ross (1ª Cía.) y otros. Construyó el pabellón “Onofre Sotomayor” de operaciones especiales para cirugía de urgencia, edificó y equipó el Policlínico, la Morgue, el Laboratorio Clínico y un local para baños medicinales con veinte baños de tina y duchas; reacondicionó la Lavandería dotándola de las instalaciones necesarias, construyó salitas de aislamiento. Reparó las seis barracas o galpones construidos en el cerro en 1879 para atender a los heridos de la Guerra del Pacífico. Levantó el edificio del nuevo Pensionado. Dotó de amoblado e instrumental los servicios de cirugía. Instaló Rayos X. Todas estas obras fueron inauguradas el 15 de julio de 1916.
Todo esto lo realizó con ayuda del Estado y del Municipio, pero principalmente con sus propios recursos económicos.
El 1º de julio de 1919 se inaugura el Servicio de Anatomía Patológica del hospital, siendo nombrado anátomo-patólogo el doctor Alberto Koch Kreft (2ª Cía.). El 21 del mismo mes, es inaugurado el Laboratorio Clínico en su nuevo edificio, Jefe y fundador de este servicio es nombrado el mismo doctor Koch Kreft.
El día 12 de septiembre de 1921, presentó su renuncia por considerar que su programa trazado había sido cumplido. Con ocasión de su retiro y en premio a sus calificados servicios fue nombrado Director Honorario del Hospital y se le otorgó el título de “Miembro Vitalicio” de la Honorable Junta de Beneficencia de Valparaíso. Se considera su administración como la “Edad de Oro del Hospital”, poniéndole su nombre al nuevo Pensionado y al Policlínico.
Al dejar la Administración don Carlos Van Buren Vallejo le sucede en el cargo don Carlos David Finlay Montenegro (3ª Cía.), quien desarrolla una importante labor, entre otras, instaurando por acuerdo de la H. Junta de Beneficencia el 11 de octubre de 1921 el primer “Consejo Técnico del Hospital” integrado por cinco médicos entre los cuales se destacan los doctores Alberto Koch Kreft (2ª Cía.) y Carlos Cuevas Fernández (4ª Cía.). Este último destacado Cirujano de Compañía a partir de 1925, designado Alcalde de Viña del Mar en 1943 por el entonces Presidente de la República don Juan Antonio Ríos; en 1950 es nombrado Jefe de la IV Zona Hospitalaria, para culminar su brillante carrera en el servicio público en la misma década del cincuenta como Diputado por Valparaíso.
El señor Finlay obtiene en 1921 del Directorio del Hospital Anglo-Chileno de Londres, por intermedio de don Agustín Edwards Mc.Clure la donación de gran parte del mobiliario y equipos para el nuevo pensionado.
El señor Finlay deja su puesto el 22 de noviembre de 1925, asumiendo como Administrador el doctor Silvano Sepúlveda.
El Director Honorario señor Carlos Van Buren Vallejo fallece el 25 de abril de 1929. El 8 de mayo la Honorable Junta de Beneficencia celebra una sesión solemne en su homenaje. Fue con este motivo que a propuesta de la H. Junta, el Ministerio de Bienestar Social (hoy Ministerio de Salud) por decreto Nº 974 del 24 de mayo de 1929 dispuso que en adelante el hospital “San Juan de Dios” se denominara “Carlos Van Buren”. El testamento del señor Van Buren es un modelo de filantropía, en él se lega al hospital $ 250.000.-; $ 250.000.- más para la Clínica de Ojos y $ 600.000.- para la Escuela de Enfermeras anexas al hospital, con la que tanto soñó. Esto es sólo para el hospital, pues a otras instituciones de beneficencia tanto de Valparaíso como Copiapó también entregó su aporte entre las cueles se encontraban el Cuerpo de Bomberos, Instituciones Deportivas, Bibliotecas, Habitaciones Obreras, Escuelas.
En agosto de 1932 es nombrado Director el doctor Rubén Fernández Barragán, que desde 1927 ocupaba el cargo de Sub-Director Técnico. Desde esa fecha los Administradores pasan a ser Directores y deben ser Médicos.
A partir de 1936 se creó una sección de cirugía para mujeres con dos salas en la parte alta, y con capacidad para sesenta camas. Esta nueva sección está a cargo del doctor Rudecindo de la Fuente A. Con ello se logra que después de muchos años, nuevamente el hospital atenderá mujeres, con lo que el hospital vuelve a ser mixto, como lo fuere en sus inicios en el local de calle Colón (1836).
En 1936 el Consejo Técnico del hospital designó un comité de redacción para publicar las “Clínicas del Hospital Carlos Van Buren”, el que quedó integrado por los doctores Carlos Schwarzenberg, Oscar Zunzunegui, Samuel Avendaño, Ernesto Figueroa y Hernán Apablaza y secretarios de redacción fueron designados los doctores Jorge Alvayay y Alejandro Mesa. Entre febrero y marzo de ese año se publican cuatro números de la nueva revista médica; muy pronto esta publicación se refunde con otras publicaciones similares para dar vida a la “Prensa Médica”, órgano oficial de la Federación de Médicos de Aconcagua (Valparaíso), de la IV Zona Hospitalaria y de la Sociedad Médica de Valparaíso. En esta nueva publicación figuran como secretarios los doctores Alejandro Mesa, Hernán Igualt y M. Volochinsky y como secretario general el doctor Jorge Alvayay. Puede decirse que la revista “Prensa Médica” ha tenido su origen en el Hospital Carlos Van Buren.
En el año 1975 se incorpora al área administrativa del Hospital Van Buren el señor Ricardo Romero Salinas (ex-Capitán de la 2ª Cía.), quien cumple esas funciones hasta el año 1979, en que es trasladado por un corto período a la Dirección del Servicio de Salud, para ser destinado a fines de 1984 al Hospital Hanga Roa de Isla de Pascua donde por espacio de 13 años se desempeñó también en labores de coordinación administrativa siendo nombrado Sub-Director Administrativo del Hospital. Participó también activamente en el Cuerpo de Bomberos de la Isla, siendo nombrado Director de la 1ª Cía. en la lejana posición chilena. Como se puede apreciar, los bomberos han participado desde su creación en este hospital, uno de los más antiguos de Chile, que nació como Hospital de la Misericordia, pasando posteriormente a denominarse Hospital Dan Juan de Dios, para denominarse finalmente Hospital Carlos Van Buren. Valparaíso 1851 (hrm/cca)
fotografía de don Carlos Van Buren, gentileza del bombero de la 3ª Cía. "Cousiño y A. Edwards" de Valparaíso señor Daniel Briceño Fernández.
1 comentario :
Mi papá es hijo de Ersa Vergara van buren quien fue en viva Ersa Vergara van buren era heredera de don carlos
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