Esta es una interesante entrevista aparecida en el diario "El Mercurio" de Valparaíso, el domingo 5 de julio de 1908, a don José Julián Ortega, distinguido bombero de la 9ª Cía. Zapadores Freire" del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso.
Desvanecíase en el espacio la luz de un apacible día invernal en el primer puerto de la república, cuando, tras de interrogar a algunos vecinos, golpeamos en aquella puerta de aspecto antiguo al fondo de un pasaje. Un caballero salió a abrirnos.......
- ¿Don José Julián Ortega?
- Servidor de Uds.
- De parte de "El Mercurio"....
- Pasen Adelante.
Nos Guió. Subimos una escalera, atravesamos un corredor i nos hallamos en un saloncito elegantemente dispuesto, en cuya alfombra se apagó el rumor de nuestros pasos. En las paredes, por todas partes, veíanse retratos i vistas de bomberos.
- Con motivo del premio que el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso acaba de concederle por sus cincuenta años de servicios, creemos oportuno publicar una entrevista celebrada con usted, en la cual haga una especie de registro de su memoria i nos relate los hechos más importantes de su vida de bombero. Como Valparaíso es la ciudad de las catástrofes, la historia de los bomberos lleva una buena parte de la historia de Valparaíso.
- No tengo ningún inconveniente, por más que no sea grato hablar mucho de si mismo
Yo soy miembro fundador de mi compañía, la 9ª que se organizó con fecha 19 de enero de 1858. Hoi, por consiguiente , hace cincuenta años luzco con orgullo la casaca de bombero. Desearía más que hablara por mi, mi hoja de servicios. Desgraciadamente, no la tengo aquí pues, en la Compañía me la han exigido para tenerla en sitio visible, como un ejemplo permanente para todos los que ingresen, para los nuevos afiliados en el Cuerpo.
Como usted comprende, en cincuenta años de permanentes servicios, he alcanzado a serlo todo, en la vida del bombero. De simple voluntario a consejero, he pasado por todos los puestos i conozco asimismo, los honores del triunfo i las amarguras de los momentos criticos que nunca faltan en estas instituciones.
- ¿Desde un principio su Compañía tuvo ese número?
- No, fue primero 3ª de Hachas i Escaleras. En 1863hubo una reorganización del Cuerpo i a mi Compañía le correspondió entonces el número 9. Entonces fue también cuando se disolvió la 7ª Compañía porque sus miembros no se contentaron con el número que se le había designado... Hicimos un gesto filosófico.
!! Qué quiere usted !! dijo el señor Ortega. Estas cosas no faltan nunca. Somos de carne y hueso...
- ¿Pero volvería a organizarse la 7ª Compañía?
- No, señor. Pasaron muchos años sin que ninguna Compañía ocupara ese número. Con fecha muy posterior se fundó la Compañía y lo tomó, i ella es la que lo tiene actualmente.
- A propósito de españoles, recordará usted el bombardeo.´
- 31 de diciembre de 1866, día sábado, como si lo estuviera viendo. Yo había ido a Quinteros a dirigir la construcción de unas bodegas para recibir mercaderías estranjeras; pues, como este puerto se hallaba bloqueado, los vapores mercantes tenían que pasar de largo.
Llegué aquí el viernes, víspera del bombardeo. Ciertamente, nos tocó bastante trabajo, porque no se trataba de uno o dos incendios, sino de infinidad de incendios simultáneos. No recuerdo nada parecido sino la noche del terremoto último (1906). Los bomberos tuvieron que multiplicarse, hacer maravillas de resistencia i abnegación; pero con todo, no daban abasto.
La ciudad entera ardía por distintos puntos a la vez. Entonces se nos presentó la oportunidad de demostrar los sentimientos de verdadera filantropía de que estábamos animados...
- ¿Por primera vez?
- ¡Ah! no... ya antes, el 58, el mismo año de la fundación de mi Compañía, se produjo el enorme incendio de la Plaza del Orden, hoi de Pinto, que abarcó todo un barrio, el más comercial i el más nuevo de Valparaíso de entonces. El fuego consumió el hermoso pasaje llamado de Waddington, que era una cosa como no hemos vuelto a tener después i llegó hasta el crucero de Reyes.
- Precisamente, lo que hoi se llama calle de Esmeralda...
- Eso es. En esa catástrofe cayó el primer bombero de Valparaíso que haya perecido en acto de servicio, el señor Eduardo Farley, de la 1ª Compañía de Ganchos, Hachas y Escaleras "Unión". Pisó sobre una galería de vidrio, que se quebró, i él fué a caer pesadamente sobre unas máquinas que le destrozaron la espina dorsal. No vivió más que unas cuantas horas.
Otro incendio grande e inolvidable mas que por sus proporciones, por su fatalidad, fue el ocurrido el 24 de febrero de 1869, en las calles del Almendro i Aduana (hoi de Urriola i de Prat) i en que murieron también los jóvenes voluntarios Lawrence, Rodríguez i Blackwood.
- El 79, según he oído , les tocó a los bomberos hacer de Policía.
- De policía i algo mas, de ambulancia i de lo que usted quiera. Nosotros debíamos recibir a los heridos que llegaban del norte en los transportes i llevarlos al hospital, haciendo también, cuando se podía, de enfermeros. Debo advertir a usted que hubo en el Cuerpo iniciativas en el sentido de prestar servicios en la campaña. En mi Compañía, había no menos de treinta, yo entre ellos, decididos a marcharse al norte. Pero el Gobierno respondió que los servicios eran indispensables para el mantenimiento del orden en la ciudad, pues la policía se había embarcado, i se contentó con darnos las gracias por nuestro ofrecimiento.
Podría decirse todo, señor, de los bomberos. Pero jamás se les podría desconocer su actitud en aquellos angustiosos i terribles días, en que ellos desesperados de no poder acompañar a sus compatriotas al campo de batalla, se esmeraban en atender a los heridos, en velar por la seguridad pública, sobrepasándose , si es posible decirlo, en el cumplimiento del deber. Estos son, a mi juicio, las pájinas más hermosas de la historia de los bomberos de Valparaíso.
En 1888 ocurrió en este puerto una catástrofe que llevó el luto a muchísimos hogares i que ha hecho inolvidable un hombre en los fastos de la cónica porteña: el derrumbe del Tranque de Mena.También en esta ocasión correspondió a los bomberos una parte activísima en el salvamento de las víctimas i en la obra jeneral de aminorar la tremenda e inesperada desgracia.
El 91, con motivo de los saqueos a que se entregó la plebe,correspondió asimismo a los bomberos un trabajo estraordinario, en el que al peligro del fuego i los derrumbes , se juntaba otro mayor, que eran los disparos hechos, a veces caprichosamente, por los asaltantes de las ajencias i otros establecimientos de comercio. Así fue como resultó herido en una pierna, el joven Capitán de la 9a. Cía. don Alfredo Sandoval, en circunstancias que trataba de sofocar el incendio de una ajencia en la calle de Maipú.
Sobre esta catástrofe, la más terrible de todas, prefiero callarme, pues la fecha en que ocurrió es muy reciente i por consiguiente, de todos conocida la labor superior que cupo desempeñar en ella a todas las Compañías de bomberos. Me refiero al terremoto del 16 de agosto de 1906, en el cual no hubo hogar ni familia que no tuviera que sufrir i sobre cuyo recuerdo es conveniente dejar un poco de silencio.
Nuestro interlocutor se detuvo de pronto, como si enumerara mentalmente los perjuicios que había orijinado la catástrofe inolvidable.
- Yo estuve encerrado con mi familia, a oscuras, en una pieza; mientras temblaba la tierra i parecía que toda la población iba a rodar a un abismo. Si mi casita- mi único bien-se hubiese derrumbado, habríamos perecido todos...Se salvó i nos salvamos. Hemos seguido,pues, trabajando, como antes, como siempre, firme en la consigna que ha presidido mis 68 años de vida...
Nos despedimos de aquel anciano, cuyoscabellos blancos revelan la fatiga de toda una existencia consagrada al trabajo. Hace cincuenta años que dejó el colegio para empuñarlas herramientas de trabajo i cargar las insignias de su Novena Compañía "Zapadores Freire". A una i a otra les ha sido fiel. Cuando llegue su última hora podrá decir sin jactancia, que ha empleado notablemente las enerjías de su vida
Valparaíso 1851 (hrm/cca)
4 comentarios :
Anoté el nombre de mi bisabuelo paterno-materno Don José Julián Ortega, en el buscador, sin esperanza de encontrar siquiera una seña de su existencia distinguida, agregué al final de su nombre la palabra Bombero. Inmediatamente apareció su conocido rostro, el mismo de su única hija, Blanca Rosa Ortega, el mismo de mi padre, Darío Chaparro Ortega, de quien soy hijo único vivo. Por tanto, soy su único descemdiente vivo en 3ªgeneración. Indescriptible emoción.
Mi padre fue hijo póstumo de su padre y por tanto, Don José Julián tomó el lugar de padre de mi padre, por tanto, estrictamente, Don José Julián es mi abuelo paterno.
Cada día que paso frente a Zapadores Freire en la esquina de Av. Brasil con Freire, al terminar mi trabajo en la PUCV, pienso en mi Bisabuelo-Abuelo, su entrega sin límite a su familia -hija Blanca Rosa y nieto Darío-, su Compañía Zapadores Freire, Valparaíso, su ciudad, y su país Chile.
Honra a tan noble hombre, mi bisabuelo José Julián Ortega.
Anoté el nombre de mi bisabuelo paterno-materno Don José Julián Ortega, en el buscador, sin esperanza de encontrar siquiera una seña de su existencia distinguida, agregué al final de su nombre la palabra Bombero. Inmediatamente apareció su conocido rostro, el mismo de su única hija, Blanca Rosa Ortega, el mismo de mi padre, Darío Chaparro Ortega, de quien soy hijo único vivo. Por tanto, soy su único descemdiente vivo en 3ªgeneración. Indescriptible emoción.
Mi padre fue hijo póstumo de su padre y por tanto, Don José Julián tomó el lugar de padre de mi padre, por tanto, estrictamente, Don José Julián es mi abuelo paterno.
Cada día que paso frente a Zapadores Freire en la esquina de Av. Brasil con Freire, al terminar mi trabajo en la PUCV, pienso en mi Bisabuelo-Abuelo, su entrega sin límite a su familia -hija Blanca Rosa y nieto Darío-, su Compañía Zapadores Freire, Valparaíso, su ciudad, y su país Chile.
Honra a tan noble hombre, mi bisabuelo José Julián Ortega.
Anoté el nombre de mi bisabuelo paterno-materno Don José Julián Ortega, en el buscador, sin esperanza de encontrar siquiera una seña de su existencia distinguida, agregué al final de su nombre la palabra Bombero. Inmediatamente apareció su conocido rostro, el mismo de su única hija, Blanca Rosa Ortega, el mismo de mi padre, Darío Chaparro Ortega, de quien soy hijo único vivo. Por tanto, soy su único descendiente vivo en 3ª generación. Indescriptible emoción.
Mi padre fue hijo póstumo de su padre y por tanto, Don José Julián tomó el lugar de padre de mi padre, por tanto, estrictamente, Don José Julián es mi abuelo paterno.
Cada día que paso frente a Zapadores Freire en la esquina de Av. Brasil con Freire, al terminar mi trabajo en la PUCV, pienso en mi Bisabuelo-Abuelo, su entrega sin límite a su familia -hija Blanca Rosa y nieto Darío-, su Compañía Zapadores Freire, Valparaíso, su ciudad, y su país Chile.
Honra a tan noble hombre, mi bisabuelo José Julián Ortega.
Estimado Señor
Con mucho orgullo veo que existe registro de un descendiente de don Jose Julian Ortega, Fundador , ex director y ultimo sobreviviente de los fundadores de la 9na cia, de la cual fui voluntario hace ya varios años.
Ud tiene alguna fotografia ,algun recuerdo o algo sobre don Jose Julian ? o algun relato que fuera de intereses para las futuras generaciones de bomberos de la 9na cia de Valparaiso.
un fraternal abrazo
Denis Hidalgo Figueroa.
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