Protesta Bomberil 1908. por incidente entre la Policía y el Cuerpo de Bomberos. Publicado por el diario "El Mercurio" y la "Revista Bomberil"
En el último incendio ocurrió en este puerto un incidente entre la Policía i el Cuerpo de Bomberos, que se ha prestado a algunos comentarios. Sobre el incidente el diario “El Mercurio” informa:
Un bombero de la 6ª Compañía "Cristoforo Colombo" que conducía un saco de carbón para la máquina (bomba a Vapor), fue detenido por un Guardián que no lo dejó pasar si no mostraba lo que llevaba en el saco...
Como el bombero se opusiera, se armó una discusión que pronto se hizo jeneral, pues se juntaron un sinnúmero de bomberos, oficiales de policía y guardianes... El 2º Comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, señor José Malfatti Agrifoglio, según hemos oido decir de fuentes fidedigna, fue el más disgustado con la actitud del Guardián i ordenó a las diversas Compañías que se retiraran a sus cuarteles. No se puede negar que esta conducta es demasiado enérgica al tratarse solo de un acto de carbón, de un bombero de la 6ª. i de un guardián 3º. El editorial de la Revista Bomberil de agosto de 1908 señala con el título de “Protestamos”. Sin comentarios reprodujimos en nuestro número anterior, un párrafo tomado de El Mercurio de Valparaíso, en el que se da cuenta de un incidente habido entre la policía i el Cuerpo de Bomberos de aquel puerto. Aunque el desgraciado incidente se produjo hace ya algún tiempo, no pierde su actualidad por la importancia que él tiene para todos los bomberos, i por las lecciones que de él pueden obtenerse. La Revista Bomberil, con la independencia que la caracteriza i con la altura de miras con que acostumbra tratar todas las cuestiones de interés para los Cuerpos de Bomberos, condena con toda enerjía la actitud torpe del guardián que provocó el incidente. Estamos profundamente convencidos que ese hecho ha sido castigado severamente por sus jefes i que en la actualidad no pertenecerá el delincuente al Cuerpo de Policía, tan digno, por diversas causas, de contar con las simpatías jenerales. No es la primera vez que la imprudencia de un guardián entorpece la labor fructífera de los bomberos en los momentos en que se entregan a su misión de apagar el fuego, sin esperar recompensa de ninguna especie. Hai necesidad de que una vez por todas , comprendan las policías que somos bomberos voluntarios i que, como tales, tenemos por lo menos el derecho de ser tratados con algunas consideraciones. Es posible que la masa jeneral de guardianes no conozca esta circunstancia, pero sus jefes tienen la obligación de darles a conocer a conocer la institución bomberil, sus principios, su misión, para que las relaciones de estas dos instituciones sean cordiales i no se atropelle en forma indecorosa a los bomberos, como ha sucedido en Valparaíso, en el incidente que nos ocupa. Conocemos de cerca el entusiasmo de los bomberos porteños, su actividad i su valor en el trabajo duro y pesado; esto les hace acreedores a mayor respeto i la estimación pública.; esto les hace acreedores a mayor respeto i la estimación pública. I es por eso que toda la ciudad de Valparaíso condena de la manera más amarga la provocación de la policía. El recinto de los incendios está entregado al Jefe de los bomberos, este manda i nadie, ni la misma autoridad, podría negarle ese supremo derecho de sentido común. La policía no debe, pues, inmiscuirse en los incendios para otro asunto que no sea el de mantener el orden público i vigilar para impedir los robos. Fuera de este marco de acción debe limitarse únicamente a observar. Lo hemos dicho en otras ocasiones: nuestras policías tienen aun mucho que aprender, por eso no perdemos la esperanza de ver a esa institución formada por hombres educados i dignos. Esta publicación mira con profunda simpatía los cuerpos de policias i desearía vivamente verla prestijiada i querida por sus altos merecimientos. Pero esta manera de pensar no nos impide condenar de la manera más enérjica al actitud observada por una parte de los policiales de Valparaíso, en el incidente de que nos hemos ocupados.
Como el bombero se opusiera, se armó una discusión que pronto se hizo jeneral, pues se juntaron un sinnúmero de bomberos, oficiales de policía y guardianes... El 2º Comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, señor José Malfatti Agrifoglio, según hemos oido decir de fuentes fidedigna, fue el más disgustado con la actitud del Guardián i ordenó a las diversas Compañías que se retiraran a sus cuarteles. No se puede negar que esta conducta es demasiado enérgica al tratarse solo de un acto de carbón, de un bombero de la 6ª. i de un guardián 3º. El editorial de la Revista Bomberil de agosto de 1908 señala con el título de “Protestamos”. Sin comentarios reprodujimos en nuestro número anterior, un párrafo tomado de El Mercurio de Valparaíso, en el que se da cuenta de un incidente habido entre la policía i el Cuerpo de Bomberos de aquel puerto. Aunque el desgraciado incidente se produjo hace ya algún tiempo, no pierde su actualidad por la importancia que él tiene para todos los bomberos, i por las lecciones que de él pueden obtenerse. La Revista Bomberil, con la independencia que la caracteriza i con la altura de miras con que acostumbra tratar todas las cuestiones de interés para los Cuerpos de Bomberos, condena con toda enerjía la actitud torpe del guardián que provocó el incidente. Estamos profundamente convencidos que ese hecho ha sido castigado severamente por sus jefes i que en la actualidad no pertenecerá el delincuente al Cuerpo de Policía, tan digno, por diversas causas, de contar con las simpatías jenerales. No es la primera vez que la imprudencia de un guardián entorpece la labor fructífera de los bomberos en los momentos en que se entregan a su misión de apagar el fuego, sin esperar recompensa de ninguna especie. Hai necesidad de que una vez por todas , comprendan las policías que somos bomberos voluntarios i que, como tales, tenemos por lo menos el derecho de ser tratados con algunas consideraciones. Es posible que la masa jeneral de guardianes no conozca esta circunstancia, pero sus jefes tienen la obligación de darles a conocer a conocer la institución bomberil, sus principios, su misión, para que las relaciones de estas dos instituciones sean cordiales i no se atropelle en forma indecorosa a los bomberos, como ha sucedido en Valparaíso, en el incidente que nos ocupa. Conocemos de cerca el entusiasmo de los bomberos porteños, su actividad i su valor en el trabajo duro y pesado; esto les hace acreedores a mayor respeto i la estimación pública.; esto les hace acreedores a mayor respeto i la estimación pública. I es por eso que toda la ciudad de Valparaíso condena de la manera más amarga la provocación de la policía. El recinto de los incendios está entregado al Jefe de los bomberos, este manda i nadie, ni la misma autoridad, podría negarle ese supremo derecho de sentido común. La policía no debe, pues, inmiscuirse en los incendios para otro asunto que no sea el de mantener el orden público i vigilar para impedir los robos. Fuera de este marco de acción debe limitarse únicamente a observar. Lo hemos dicho en otras ocasiones: nuestras policías tienen aun mucho que aprender, por eso no perdemos la esperanza de ver a esa institución formada por hombres educados i dignos. Esta publicación mira con profunda simpatía los cuerpos de policias i desearía vivamente verla prestijiada i querida por sus altos merecimientos. Pero esta manera de pensar no nos impide condenar de la manera más enérjica al actitud observada por una parte de los policiales de Valparaíso, en el incidente de que nos hemos ocupados.
Valparaíso 1851 (hrm/cca.)
No hay comentarios. :
Publicar un comentario