Otto von Bismarck, el “Canciller de Hierro” Bicentenario de su nacimiento 1º de abril 1815 – 1º abril de 2015.
El miércoles pasado se cumplieron 200 años del nacimiento de Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, Príncipe de Bismarck y Duque de Lauenburg conocido como Otto von Bismarck. En Valparaíso, la colectividad alemana entre las cuales asistirá una delegación del Deutsche Feuerwehrkompagnie Nº 2 “Bomba Germania” de Valparaíso; recordará la fecha con una ceremonia que se realizará el lunes 6 de abril a las 11,30 A.M. en Plaza Bismarck ubicada en Avda. Alemania, parte alta del cerro Cárcel, donde se rendirá un homenaje, a quien fuera un gran estadista, burócrata, político y prosista alemán, considerado el fundador del Estado alemán moderno…. Nació el 1º de abril de 1815, en el seno de una familia terrateniente prusiana en Schönhausen (Berlín), Alemania y muere el 30 de julio de 1898 en Friedrichsruh, Alemania. Casado con Johanna von Puttkamer (m. 1847–1894). De esta unión nacieron sus hijos Herbert von Bismarck, Wilhelm von Bismarck y Marie von Bismarck. Sus padres fueron Wilhelmine Luise Mencken y Karl Wilhelm Ferdinand von Bismarck (Capitán de Caballería). Tuvo una hermana: Malwine von Armin. Bismarck vivió una juventud indisciplinada, autodidacta y llena de dudas religiosas y políticas. A partir de su matrimonio cambió radicalmente de vida, iniciando una carrera política marcada por el más severo conservadurismo. Efectivamente, como diputado del Parlamento prusiano desde 1847, destacó como adversario de las ideas liberales que por entonces avanzaban en toda Europa; la experiencia revolucionaria de 1848-51 le radicalizó en sus posturas reaccionarias, convirtiéndole para siempre en paradigma del autoritarismo y del militarismo prusiano. En los años siguientes ocupó puestos diplomáticos en Frankfurt, San Petersburgo y París, conociendo de primera mano los asuntos internacionales. De esa época data la maduración de su ideario político nacionalista, a medio camino entre el constitucionalismo y las tradiciones germánicas; y su convicción de que el proyecto de unificación que albergaba para Alemania no debía basarse en la apelación a las masas, sino en el empleo inteligente de la diplomacia y de la fuerza militar. Tales ideas le convirtieron en modelo del político realista apartado de todo idealismo, sensibilidad o prejuicios morales. Cursó estudios de leyes y, a partir de 1835, trabajó en los tribunales de Berlín y Aquisgrán, actividad que abandonó tres años más tarde para dedicarse al cuidado de sus posesiones territoriales. En 1847 entró a formar parte del parlamento prusiano, donde muy pronto se convirtió en líder del ala conservadora. Se enfrentó duramente a la revolución de 1848, y por esa época comenzó a perfilar lo que sería su principal objetivo político: la unificación de Alemania y la creación del Reich desde preceptos autoritarios y antiparlamentarios. En 1862, tras ser nombrado canciller de Prusia (primer ministro) por el rey Guillermo I de Prusia, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército para llevar a cabo sus planes de unificación alemana. De esta forma, en 1864 resultó vencedor en una acción concertada con Austria llamada la Guerra de los Ducados, consiguiendo arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein y en 1866, después de la Guerra Austro-Prusiana contra Austria, consiguió la anexión de Hesse, Francfort, Hannover y Nassau, lo que dio lugar a un artificioso conflicto provocado a raíz de los problemas de la administración conjunta de los ducados daneses y dirigida, en realidad, a eliminar la influencia de Austria sobre los asuntos alemanes; ello creó la Confederación de Alemania del Norte, con Bismarck como canciller. Por último, en 1870 la guerra Franco-Prusiana contra Francia y la victoria de Bismarck dio paso a la constitución del Reich alemán en 1871 y supuso la adhesión de Baviera, entre otros estados, provocada por un malentendido diplomático con la Francia de Napoleón III a propósito de la sucesión al vacante Trono de España, pero encaminada de hecho a anular a Francia en la política europea, consciente de las ansias de revancha del país vecino tras la pérdida de Alsacia y Lorena en 1870. Para ello construyó diversos acuerdos, conocidos como sistemas bismarckianos. a fin de que dejara de alentar el particularismo de los Estados alemanes del sur. En 1871 se proclamó el Segundo Imperio Alemán en el Palacio de Versalle. Bismarck se convirtió en primer ministro de Prusia y canciller. Durante los 19 años que se mantuvo en el poder llevó a cabo una política conservadora, enfrentándose inicialmente a los católicos y combatiendo a la socialdemocracia. Fue también el organizador de la Triple Alianza, con Italia y Austria-Hungría, creada en 1882 para aislar a Francia. La política interior de Bismarck se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias (Constitución Federal de 1871). Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica (Kulturkampf) y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista; en 1879 rompió con los liberales y se alió con el partido católico (Zentrum), adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el crecimiento industrial alemán. En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento. En los años siguientes Bismarck ocupó puestos diplomáticos en Frankfurt, San Petersburgo y París, conociendo de primera mano los asuntos internacionales. De esa época data la maduración de su ideario político nacionalista, a medio camino entre el constitucionalismo y las tradiciones germánicas; y su convicción de que el proyecto de unificación que albergaba para Alemania no debía basarse en la apelación a las masas, sino en el empleo inteligente de la diplomacia y de la fuerza militar. Tales ideas le convirtieron en modelo del político realista apartado de todo idealismo, sensibilidad o prejuicios morales. Durante sus últimos años de vida se le apodó el «Canciller de Hierro» por su determinación y mano dura en la gestión de todo lo relacionado con su país, que incluía la creación de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía de Alemania, conocido como el Reich. En política exterior, se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas (con Austria, Rusia e Italia) destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha; por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II (1888-1918), partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un Imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890. Al faltarle el apoyo del emperador Guillermo II, quien había subido al trono en 1888, Bismarck presentó su dimisión en 1890 y se retiró a vivir al campo. Falleció en Friedrichsruh el 30 de julio de 1898 a los 83 años de edad.
Valparaiso 1851 (hrm/cca)
Fuente de referencia Wikipedia
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