martes, 3 de marzo de 2020

Lawrence, Blackwood y Rodríguez, 1ª Cía. de Valparaíso, Mártires del Deber, 24 de febrero 1869.


El joven bombero Guillermo 2° Lawrence, Hijo de padres ingleses, nació en Concepción (1845) y falleció en Acto de Servicio en Valparaíso, el miércoles 24 de febrero de 1869 a las 09,30 A.M. Asistido por el Vicario de Valparaíso y Párroco de la iglesia de La Matriz, Rvdo. Mariano Casanova y Casanova (1833-1908) que al saber que Lawrence pertenecía a la Iglesia Presbiterana expresó: “No importa, no hay más que un solo Dios que en este momento represento yo”. En el siniestro murieron también los tres jóvenes bomberos; Alejandro Blackwood y Eduardo Rodríguez; todos integrantes de la 1ª Cía. de Bombas de la Asociación contra Incendios de Valparaíso.
Guillermo 2º Lawrence había llegado hacía poco de Europa, donde había estado estudiando, enviado por su familia. En el viejo continente había pasado seis o siete años. El joven Guillermo era hijo de un masón del mismo nombre, quien tenía sus negocios en Tomé.

Valparaíso 1851 (hrm/cca)
El padre del bombero Lawrence había sido iniciado en la Logia Unión Fraternal, de Valparaíso, el 4 de enero de 1854, y que se encontraba radicado en la zona de Concepción, donde había participado, en 1856, en la fundación de la Logia “Estrella del Sur” información publicada en el diario La Patria N°1707 del 25 de febrero de 1869. Eran las 02,00 A.M. del día 24 de febrero de 1869 y un hombre caminaba tranquilamente, con lento y tardío paso, protegido con un amplio poncho y llevando en su mano un farolillo, era un sereno o alguacil que rondaba el sector confiado a su vigilancia. De pronto al llegar a la subida del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), se detuvo paralogizado. En la esquina Nor-oriente de la calle de la Aduana (hoy Arturo Prat Chacón), una vieja construcción de 3 pisos que era ocupada en los altos por los señores Robertson, Schultze, Droste & Cía.; Von der Heyde, por todas sus ventanas y tragaluces, salía del edificio una densa humareda de color café grisáceo que obscurecida el límpido cielo y se elevaba esparciéndose en todas direcciones. Este incendio les arrebató la vida a los bomberos Guillermo 2º Lawrence, Alejandro Blackwood y Eduardo Rodríguez. Minutos más tarde tañía lúgubremente la campana del Cuartel General de Bombas de Valparaíso, y un solo farol rojo izado en lo alto del palo de bandera de su torre. Dieron la llamada de incendio en el radio del 1°. Cuartel, de los tres en que se encontraba dividida la ciudad. Una vez dada la alarma los jóvenes y abnegados bomberos corrían presurosos a enfrentar el inmenso incendio. El maquinista de la 1ª Cía. don Juan Hartley armó su bomba en el pozo de agua salada de calle Cochrane esquina del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), casi al pie del siniestro y a la luz de la inmensa fogata, extendiendo sus chorros por la calle del Almendro (hoy Urriola) y por Aduana (hoy Arturo Prat Chacón) y atacando con éxito las llamas. Situado en la quebrada del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), entre las angostas calles de la Aduana (hoy Arturo Prat Chacón) y de Cochrane, la construcción comenzó a ser presa de las llamas en los altos ocupados por los empleados de los señores Alsop y Cía. A las 04,00 A.M de la madrugada el fuego tomó la acera sur de la calle de la Aduana (hoy Arturo Prat Chacón), incendiando la imprenta del diario “La Patria”, de propiedad de Isidoro Errázuriz, y amenazó también la casa perteneciente a Magdalena Kiern de Manzano, donde estaba la Imprenta del Universo, cuyo propietario era Guillermo Helfmann. En la calle de la Aduana (hoy Arturo Prat Chacón), por la acera norte, se quemaron las propiedades de Volwerk y Cía, casa habitación de Alsop y Cía., Robertson y Cía., Pearson, Jackson, Santamaría, y casa habitación de Andrés R. Bello. Por la acera sur, se incendiaron las propiedades de Couve y Rondanelli, Ossa y Escobar, Lafuente y Sobrino, Carlos Luis Rossell, C. Von der Heyde, Benito Manhenn, Francisco Carvallo, Quiroga y Cía., Juan R. Molina, Prieto Hermanos, el escritorio del abogado Troncoso, la Litografía de Jacobsen Hermanos y la casa habitación de Aguiar. En la quebrada del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), se quemó la casa habitación de Antonio La Motte du Portail, Tte. 4° de la Cía. “Salvadores y Guardia de la Propiedad”, s/n, la casa del martillero Leonardo A. Dodds, la Cervecería Alemana y varias otras habitaciones y escritorios. En el combate contra el fuego participaron exitosamente las Compañías 1ª, 2ª de Agua, 1ª Cía. de Hachas, Ganchos y Escalas, también asistió la Compañía Guardia de Propiedad. Asistieron para ayudar al trabajo bomberil 34 marineros franceses del barco mercante “Megère”. El fuego había aparecido en el radio del 1er. Cuartel, de los tres en que se encontraba dividida la ciudad. El maquinista de la 1ª Cía. don Juan Hartley armó su bomba en el pozo de agua salada de calle Cochrane esquina del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), casi al pie del siniestro y a la luz de la inmensa fogata, extendiendo sus chorros por la calle del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), y por Aduana (hoy Arturo Prat Chacón) atacando con éxito las llamas. La 2ª Cía. “Bomba Germania” dirigida por su Capitán George Von Bischoffshausen trabajó por calle Cochrane con un chorro enviado desde el muelle Goyenechea (hoy Arturo Prat Chacón) distante 8 cuadras del lugar. Luego de cuatro horas de trabajo el fuego fue dominado, quedando prendido sólo algunos escombros. Eran las 06,00 A.M., cuando el cielo ya iluminaba la ciudad que se disponía a iniciar un nuevo día, el Alcalde Mayor de Valparaíso Juan María Egaña solicitó a bomberos despejar de escombros las estrechas calles para normalizar el tránsito y la vida urbana. Cuando se creía que el peligro había pasado y se trabajaba en la remoción de escombros que aun ardían; el derrumbe de una muralla sepultó a tres bomberos de la 1ª Cía. “Bomba Americana”. En efecto; tres bomberos, Blackwood, Rodríguez y Lawrence ingresaron con un potente chorro por Calle de La Aduana (hoy Arturo Prat Chacón) con El Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre). Se encontraban en esa faena, cuando la Bomba a Vapor “Americana” falló por su arduo trabajo, dejando de enviar agua, motivo por el cual, el Sargento Budge abandonó el recinto para dirigirse a la bomba y tratar de reparar la falla; que era la rotura del tubo del caldero. No había alcanzado a llegar a la salida del edificio, cuando un inmenso y desnudo murallón de adobes ennegrecido por el fuego, orientado a la calle del Almendro (hoy Coronel Pedro Alcántara Urriola Balbontín de la Torre), cayó sobre los infortunados Blackwood, Lawrence y Rodríguez que se encontraban en el interior del edificio, sepultándolos entre los restos aún humeantes del grueso murallón. Los Cornetas Ayudantes del Superintendente don Eduardo Cuevas Avaria (2ª Cía.), tocaron arrebatadoras notas de auxilio. En forma vertiginosa, concurrieron Bomberos de la 1ª y 2ª Cía. de Agua, 1ª Cía. de Hachas Ganchos y Escalas y la Cía. Guardia de la Propiedad para proceder al rescate del grupo de heroicos bomberos de la 1ª Cía. sepultados bajo toneladas de escombros humeantes por estar aún ardientes. Rápidamente ingresó también una veintena de Marinos del mercante francés “Megère”, al mando de sus oficiales, para proceder al rescate de los infortunados pitoneros de la 1ª Cía., sepultados bajo toneladas de escombros humeantes. También ayudó al rescate un campesino de profesión duraznero llamado Tomás Lobos que ofreció su ayuda voluntaria. Mientras trabajaban en apagar los escombros se cortó el agua, debido a la rotura de un tubo del caldero de la Bomba a Vapor, producto del excesivo trabajo, razón por la que el Sargento Budge salió a investigar el motivo; fue precisamente en ese instante cuando una gruesa muralla de adobes que daba hacia el callejón del Almendro saturada por el agua, se desprende con sordo ruido que cae sobre el grupo, resultando aplastados por la mole de barro los tres jóvenes bomberos mencionados, dos marinero franceses y el campesino duraznero. Inmediatamente los cornetas del Cuerpo a la voz del Comandante Tomás Borrowman (1ª Cía.) tocaron a auxilio, lanzándose todos los bomberos y 34 marineros del vapor mercante “Megere” a rescatar los sobrevivientes. Muy pronto encontraron a la primera víctima entre el barro, la sangre y trozos de uniforme rojo; el cadáver estaba destrozado y se trataba del bombero Alexander Blackwood. Su cuerpo se encontraba triturado por la muralla, y su casco, de suela y borde de bronce, había sido reducido a sólo dos pulgadas de espesor. Su muerte debió ser instantánea. Había nacido en Escocia en 1845, tenía 24 años, había ingresado a la 1ª Cía. el 8 de febrero de 1869; era de profesión carpintero y compañero de viajes del inmortal explorador británico John Livingstone. Fue el peticionario Nº 245 para ser iniciado en la Logia “Bethesda” de Valparaíso. La solicitud la presentó el 13 de noviembre noviembre de 1865, fue aceptado el 11 de diciembre del mismo año. Para el período 1867-1868 había sido elegido Segundo Vigilante, al momento de su muerte tenía 15 días de servicio en la “Primera”. Continuaron las labores de rescate y luego apareció el cuerpo del joven bombero Eduardo Rodríguez, que aún vivía pero gravemente herido, la muerte llegó pronto ante la consternación de sus compañeros de bomba. Eduardo Rodríguez se dedicaba al comercio, era nacido en Colombia, vestía por primera vez el uniforme de Bombero “Primerino”, al ser rescatado aún vivía, pero agonizante, debido a sus graves heridas, fallece a los pocos instantes ante el dolor y la consternación de sus compañeros y sin alcanzar a recibir ayuda médica. Finalmente es sacado el bombero Guillermo 2º Lawrence en estado de extrema gravedad, también comerciante, nacido en Concepción hijo de ingleses, había llegado hacía poco tiempo de Inglaterra adonde sus padres lo habían enviado a perfeccionar sus conocimientos, estableciéndose en Valparaíso que era el centro comercial del país. Es rescatado con una herida que le atravesaba la frente, partiéndole su cara casi en dos; mudo testigo de la tragedia es su casco, que es guardado hasta hoy junto al de sus compañeros, por la 1ª Compañía. Fue trasladado rápidamente a una casa particular donde fue asistido espiritualmente por quien fuera más tarde el Arzobispo de Santiago, Presbítero don Mariano Casanova y Casanova. La rebusca continuó, y se rescataron gravemente heridos, dos marineros del vapor mercante francés “Megere” y Tomas Lobos, campesino duraznero colaborador voluntario, afortunadamente sin lesiones, declarando que su único deseo era “echar una manito” a la obra de los bombero, cuya actuación estuvo a punto de sacrificar su vida. Al iniciar una vez más la emprendedora ciudad de Valparaíso, sus tareas diarias en las primeras horas comerciales de la mañana, pudieron ver sus habitantes: que el gigantesco incendio, ya había sido controlado y apagado, acosta de tres (3) vidas del heroico sacrificio del Cuerpo de Bomberos. La bandera institucional del Cuartel General, el Pabellón de la República con un crespón de luto que al ondular al viento; semejaba la negra serpiente de la desgracia, que se abatía sobre los hogares de tres heroicos y abnegados bomberos, eran los celosos defensores de los hogares de la ciudad. El sacrificio ya estaba consumado. El índice descarnado de “la Muerte”, había señalado sus víctimas y los invisibles rayos de su mirada hueca, habían tronchado tres vidas… la “Gloria”, sin embargo, recogía su hazaña, su estilete sagrado la gravaba para siempre con rojas letras de fuego en el libro de la Historia del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y la Voz imperecedera de “La Inmortalidad” susurraba sus nombres con suave admiración. El hermano menor de Guillermo 2º Lawrence don C.H. Lawrence, siguiendo el heroico ejemplo de su hermano mayor, ingresó también a la 1ª Cía. “Bomba Americana” el 12 de noviembre de 1869 a cubrir el puesto de su hermano Mártir. Las exequias de estos valientes bomberos fueron sin parangón, hasta años más tarde cuando fueron recibidos en Valparaíso los restos de Arturo Prat y los Héroes de Iquique.

Los funerales de los Mártires.-                                                                                                 
La ciudad de Valparaíso detuvo su actividad al día siguiente para participar en el homenaje que se les rindió a sus héroes. El cortejo fúnebre salió desde el cuartel general del Cuerpo de Bomberos e inició su marcha hacia el cementerio en el siguiente orden: la Banda de Música de la Artillería de Marina tocando marchas fúnebres, todas las Compañías de Bomberos, la Banda de la Artillería Cívica Naval, “los tres carros mortuorios, con sus uniformes sobre los féretros, arrastrados por dos miembros de cada compañía”, marinos franceses con sus respectivos oficiales, delegaciones bomberiles de diferentes ciudades de Chile asistieron a los funerales, rindiendo un póstumo homenaje de reconocimiento a los nuevos mártires. El largo cortejo marchó desde el Cuartel General del Cuerpo de Bomberos hacia al campo santo precedido por la banda de música de la Artillería de Marina, delegaciones de la marina y el ejército, marinos franceses, el Ministro del Interior y RR.EE. Miguel Luis Amunategui Aldunate, y los Ministros de Hacienda Melchor Concha y Toro, y Justicia Culto e Instrucción Pública Joaquín Blest Gana con las principales autoridades de Valparaíso, encabezadas por el Intendente de la Provincia don José Ramón Lira Calvo, Alcalde Mayor de la ciudad, don Juan María Egaña, el Cuerpo Consular, el Directorio del Cuerpo de Bomberos, comerciantes, oficiales de marina nacionales, el comodoro de Su Majestad Británica, oficiales extranjeros, las cuatro Logias Masónicas, en número de 400 a 500, con el distintivo de una hoja de acacia, gran número de particulares, el diputado don Manuel Antonio Matta Goyenechea (primer Director de la 6ª Cía. Guardia de Propiedad de Santiago) y su hermano Guillermo”. En total, entre cuatro mil y cinco mil personas. La banda de la Artillería Cívica Naval acompañaba tocando marchas fúnebres a los tres carros mortuorios, con los uniformes de los mártires sobre sus respectivos féretros, arrastrados por dos miembros de cada compañía”, Lawrence y Blackwood fueron sepultados en el Cementerio de Disidentes, donde solo se permitió el ingreso de las autoridades y bomberos, y el cuerpo de Rodríguez en el Mausoleo de los Mártires del Cuerpo de Bomberos en el Cementerio Nº1, algunos historiadores señalan también el mausoleo de la 3ª Cía. “Cousiño y A. Edwards”. Durante la ceremonia bomberil de despedida de los tres mártires de la 1ª Cía. hubo una corta ceremonia en la que las sociedades Masónicas de Valparaíso, acompañadas de un considerable número de masones extranjeros, acudieron también en cuerpo a rendir los últimos honores a las lamentadas víctimas del deber y de la humanidad y en especial al joven Alejandro Blackwood, Segundo Vigilante y miembro querido de la logia Bethesda de esta ciudad. Días después el diario “La Patria” informaba de la despedida que los hermanos Masones ofrecieron a los mártires, señalando: “…la institución Masónica debía hacer acto especial de presencia en un caso como el señalado, en que se tributaba tan alto y merecido homenaje a las grandes virtudes sociales que ella cultiva y procura desarrollar entre sus afiliados”. “Los bomberos y particulares regresaron a las dos y cuarto de la tarde; despidiéndose el duelo en la plaza del orden”. El diario La Patria del día siguiente, dio cuenta de la despedida que Valparaíso dio a sus mártires: “Las Sociedades Masónicas de Valparaíso, acompañadas de un considerable número de masones extranjeros, acudieron también en cuerpo a rendir los últimos honores a las lamentadas víctimas del deber y de la humanidad y en especial al joven Blackwood, Segundo Vigilante y miembro querido de la logia Bethesda de esta ciudad. La institución masónica debía hacer acto especial de presencia en un caso como el de ayer, en que se tributaba tan alto y merecido homenaje a las grandes virtudes sociales que ella cultiva y procura desarrollar entre sus afiliados”.Benicio Álamos González, a la sazón Director de la 9ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, “Zapadores Freire”, Maestro de “Unión Fraternal” Nº1 y Gran Orador adjunto de la Gran Logia de Chile, pronunció un emotivo discurso, en parte del cual expresó: “El masón que trabaja misteriosamente por el progreso, por la filantropía y por la fraternidad humana, ejecuta por cierto una obra bastante abnegada, porque jamás la mano derecha sabe lo que ejecuta la izquierda. Pero al menos, a través de esos trabajos, hay ciertas consideraciones personales y la esperanza de garantizar la felicidad de los suyos, multiplicando el número de sus hermanos. “Pero el bombero voluntario ¿qué espera? Nada. Para él no hay glorias ni hay inmortalidad, no hay recompensas futuras. Todo lo hace para el bien de la humanidad, por la más pura y desinteresada abnegación”. Dos días martes, el 4 de marzo, la Primera Compañía de Bomberos de Valparaíso, representada por su Director, Francisco C. Brown, y Carlos E. Browne, agradece las condolencias recibidas. Su dolor es aún mayor, por cuanto estos bomberos, se habían incorporado hacía poco tiempo a la institución: “Profundamente nos ha impresionado ver a tres estimados compañeros, que apenas se incorporaban en nuestras filas para combatir nuestro enemigo común”. La única nota discordante en esta sumatoria de homenajes al valor, a la entrega y al amor por la humanidad, la puso la Revista Católica, de Santiago, que describió el funeral como un acto profano, donde “no podían tener cabida las ceremonias y preces prescritos por la Iglesia en la conducción de los cadáveres al lugar sagrado en las solemnes exequias, desde que se conducían a la vez los de personas de distintas creencias, y el convoy era una mezcla de fieles con protestantes y católicos excomulgados”. Don David Trumbull, miembro de la Logia “Bethesda”, a la que pertenecía el mártir Alejandro Blackwood, y pastor de la Iglesia Presbiteriana, pronunció un discurso de carácter religioso. En Santiago, el drama conmovió también a la ciudadanía. Todas las compañías de bomberos pusieron sus banderas a media asta y las cubrieron con crespón negro en señal de duelo. El día 27 de febrero la 1ª Compañía de Bomberos de Santiago y Compañía de Salvadores I Guardia de Propiedad de Santiago, enviaron sus condolencias e informando del acuerdo tomado por esa unidad bomberil, señalando: que decía lo siguiente: 

COMPAÑÍA DE SALVADORES I GUARDIA DE PROPIEDAD DE SANTIAGO. 
                                                                                               Santiago, Febrero 27 de 1869.- Señor Director 1ª Compañía de Valparaíso.                                                                              Don Francisco C. Brown                                                                                                                                                      La Junta de Oficiales, de la Compañía de Salvadores i Guardia de Propiedad tienen el honor de dar cumplimiento al siguiente acuerdo, celebrado en reunión de hoy, referente a honrar la memoria de sus hermanos del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso acaecida en el fatal incendio del 24 del actual. “Como una prueba de su admiración por el entusiasmo y arrojo de las ilustres víctimas, la Compañía acuerda consignar en su libro de actas los nombres de los señores: don Alejandro Blackwood, don Eduardo Rodríguez y don Guillermo 2° Lawrence, y encargar a su Tesorero la adquisición de los retratos de dichos señores, los que serán colocados, para servir de ejemplo de abnegación y de virtud en el salón de sesiones de la Compañía. El presente acuerdo será puesto por secretaría en conocimiento del señor Director de la 1ª Compañía de de Bomberos de Valparaíso, a quien se dirigirá igualmente una nota de pésame por la sensible pérdida de sus heroicos miembros”. Después de esta espontánea y justa manifestación, el infrascrito cree inútil insistir en expresar a Ud. el profundo duelo que los miembros de la Compañía han sentido por tamaña desgracia, comparable tan solo al inmenso entusiasmo de las víctimas. Con los más sinceros sentimientos de fraternidad, tengo la honra de ofrecerme de Ud. 

Afectísimo i S.S. 

  José Antonio Tiska,           Arturo Villarroel Garezón                                                                        Capitán                             Secretario Accidental            
Conforme: Pedro Montt 


El Directorio del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso escribió una sentida carta a las familias de los bomberos mártires. En parte de ella expresa: “El Cuerpo de Bomberos conservará imperecedero el recuerdo de esas preciosas víctimas y su primer deber, mientras exista, será guardar de la manera más solemne tan querida y triste memoria”. Dos días antes, el 4 de marzo, la 1ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, representada por su Director, Francisco C. Brown, y Carlos E. Browne, agradece las condolencias recibidas. Su dolor es aún mayor, por cuanto estos voluntarios, se habían incorporado hacía poco tiempo a la institución: “Profundamente nos ha impresionado ver a tres estimados compañeros, que apenas se incorporaban en nuestras filas para combatir nuestro enemigo común”. El funeral concluyó a las 02,15 P.M. y fue despedido por los bomberos y particulares en la Plaza del Orden (hoy Aníbal Pinto Garmendia). 

COMPAÑÍA DE SALVADORES I GUARDIA DE PROPIEDAD DE SANTIAGO.
                                                                                                    Santiago, Febrero 27 de 1869.- Señor Director 1ª Compañía de Valparaíso. 
Don Francisco C. Brown 
                                      La Junta de Oficiales, de la Compañía de Salvadores i Guardia de Propiedad tienen el honor de dar cumplimiento al siguiente acuerdo, celebrado en reunión de hoy, referente a honrar la memoria de sus hermanos de la Asociación contra Incendios de Valparaíso acaecida en el fatal incendio del 24 del actual. “Como una prueba de su admiración por el entusiasmo y arrojo de las ilustres víctimas, la Compañía acuerda consignar en su libro de actas los nombres de los señores: don Alejandro Blackwood, don Eduardo Rodríguez y don Guillermo 2°Lawrence, y encargar a su Tesorero la adquisición de los retratos de dichos señores, los que serán colocados, para servir de ejemplo de abnegación i de virtud en el salón de sesiones de la Compañía. “El presente acuerdo será puesto por secretaría en conocimiento del señor Director de la 1ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, a quien se dirigirá igualmente una nota de pésame por la sensible pérdida de sus heroicos miembros”. Después de esta espontánea y justa manifestación, el infrascrito cree inútil insistir en expresar a U. el profundo duelo que los miembros de la Compañía han sentido por tamaña desgracia, comparable tan solo al inmenso entusiasmo de las víctimas. Con los más sinceros sentimientos de fraternidad, tengo la honra de ofrecerme de Ud.



Afectísimo i S.S.                                                                                                                    

                             José Antonio Tiska                                 Arturo Villarroel Garezón                                                      Capitán                                                 Secretario Accidental Conforme:.Pedro Montt                                                                                                                


El Directorio de la Asociación contra Incendios de Valparaíso (hoy Cuerpo de Bomberos de Valparaíso) escribió una sentida carta a las familias de los bomberos mártires. En parte de ella expresa: “El Cuerpo de Bomberos conservará imperecedero el recuerdo de esas preciosas víctimas y su primer deber, mientras exista, será guardar de la manera más solemne tan querida y triste memoria (…)”. Dos días antes, el 4 de marzo, la 1ª Compañía de Bomberos de Valparaíso, representada por su Director, Francisco C. Brown, y Carlos E. Browne, agradece las condolencias recibidas. Su dolor es aún mayor, por cuanto estos voluntarios, se habían incorporado hacía poco tiempo a la institución: “Profundamente nos ha impresionado ver a tres estimados compañeros, que apenas se incorporaban en nuestras filas para combatir nuestro enemigo común”. El funeral concluyó a las dos y cuarto de la tarde y fue despedido por los bomberos y particulares en la Plaza del Orden (hoy Aníbal Pinto Garmendia). Se recibieron condolencias de los Cuerpos de Bomberos de Chile y del hermano país del Perú, Compagnia Italiana Pompieri “Lima”, Compagnia Italiana Pompieri “Bellavista” de Callao y la Comandancia de la Compañía “Unión Chalaca” Nº 1 de Callao. Homenaje de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso a su Bomberos. 



El 24 de febrero de 1979, es decir 110 años después de esta tragedia, la I. Municipalidad de Valparaíso interpretando el sentir de la comunidad y representada por el Alcalde de la ciudad don Francisco Bartolucci Johnston, rindió un homenaje a estos tres héroes de la paz, descubriendo una placa de bronce recordatoria en el lugar donde cayeron, Quebrada del Almendro (hoy Coronel Pedro Urriola) entre la calle de la Aduana (hoy Arturo Prat) y la calle de Cochrane. Como señalara el Director de la 1ª Compañía don Sergio González Muñoz frente a las autoridades de Valparaíso, y las del Cuerpo de Bomberos encabezadas por el Superintendente don William Kenchington Manzen (11ª) y el Comandante don Ignacio Vidal Torres (8ª) presentes en la emotiva ceremonia por el recuerdo de tristes sucesos: “ El sacrificio sublime de estos 3 jóvenes enorgullece la historia de nuestra Compañía.”. A su vez el Alcalde señor Bartolucci, destacó que junto con recordar a los mártires: “ era el testimonio de la profunda gratitud y orgullo que la ciudadanía siente para su Cuerpo de Bomberos, cuyos bomberos dan todo de sí sin pensar en sí”. “Por ello señor Superintendente sírvase recibir este emocionado sentimiento de gratitud hacia todo los bomberos de la ciudad, por quienes sentimos desde lo profundo de nuestro corazón un legítimo orgullo”. Recordando que la Municipalidad de Valparaíso interpretando el sentir de la ciudadanía perpetuó a estos Héroes dando el nombre a tres calles de la ciudad. Calle: Bombero Mártir Alejandro Blackwood - Decreto Municipal 1165 / del 11.05.1940 Nombre Antiguo: Pasaje Uno – Ubicación: Cerro Larraín, Población Condell Nace en la calle San Benito y muere en calle Santa Clarita. Calle: Bombero Mártir Eduardo Rodríguez - Decreto Municipal 1165 / del 02.05.1940 Nombre Antiguo: Pasaje Dos – Ubicación: Cerro Monjas, Nace en la calle San Benito y muere en calle Santa Clarita. Calle: Bombero Mártir Guillermo 2° Lawrence – Se desconoce Decreto Municipal Nombre Antiguo: Membrillo – Ubicación: Cerro Playa Ancha Nace en la calle Camilo Henríquez y termina en Avenida Altamirano. Por su parte la “Primera”, acordó fijar el día 24 de febrero como el “Día de los Mártires”, realizando anualmente un solemne homenaje en la sala de máquinas del cuartel. En este lugar se conservan los tres medallones que inicialmente estuvieron en el monumento al bombero. 


Pensamiento final. 

     Y al cerrar la noche de aquel día, mientras montaban guardia, junto al túmulo mortuorio de los Mártires, sus heroicos compañeros y se dormía apacible y dulcemente la ciudad-puerto al toque de silencio: rasgó la quietud de sus quebradas, y se extendió sonora por la tranquila bahía, la voz potente de la campana del Cuartel General. No tocaba a arrebato, no llamaba a un incendio, lloraba:…, lenta, y acongojadamente… Y el vecindario recogido en sus hogares, elevando al Cielo una plegaria por el alma de los tres mártires bomberos, escuchó atónito, como parecía que la Campana con su lengua de bronce, murmuraba tres nombres: !!Blackwood - Rodríguez y Lawrence!! 


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